lunes, 28 de enero de 2013

Cuando las barbas de tu vecino....

Empezábamos a tener asumido que nuestra banca es, de alguna manera, algo así como el "pelotón de los torpes" en el contexto europeo, después de haber caído estrepitosamente del pedestal en el que nos habían dicho hace pocos años que estábamos (sí hombre, aquello de "solvencia fuera de toda duda", "el mejor sistema financiero del mundo", "el espejo de Europa".... sobre lo que obviamente, conviene correr un piadoso velo después de pasar lo pasado).
El caso es que quizá era previsible, pero, sin que pueda aplicarse la metáfora de la caída de fichas de dominó, sí que podía pensarse que "los mercados" se muestran inexorables y señalan a aquellos países y entidades que, a su juicio (del cual no vamos a discutir en esta ocasión si es acertado, correcto e incluso ético) les representan problemas.
Y, después de los variados casos, algunos de ellos con llamativas soluciones, producidos en entidades españolas, parece que le toca el turno a Italia, lo que cabe deducir del anuncio del Banco de Italia de inyectar una ayuda en forma de crédito (a diferencia de lo publicado para la banca española, la entidad habrá de satisfacer un interés inicial del 9 % que puede ir incrementándose hasta el 15 %), de casi 4.000 millones de euros al histórico Monte dei Paschi de Siena (espléndida, por cierto, su sede central en Siena, en un auténtico "palazzo" renacentista), tercera entidad del país y, actualmente, la más antigua del mundo.
No deja de ser curioso, visto desde estas latitudes, observar que los problemas del Monte dei Paschi de Siena (MPS) empezaron a través de operaciones comerciales con la banca española, en concreto con la compra de la Banca Antonveneta al Banco de Santander en 2007 y las sospechas que levantaron en Italia el precio que MPS tuvo que desembolsar, considerado desorbitado, que han provocado la dimisión del Presidente de la Asociación Bancaria Italiana y que aún se halla en fase de investigación por la Justicia italiana. Pero, claro, las irregularidades  no son patrimonio de las entidades que conocemos entre nosotros, y en el caso de MPS debe añadirse, además de pérdidas por operaciones de derivados cuantificadas en más de 500 millones de euros, algunas perlas como la presunta falsificación de balances, cobro ilegal de comisiones, retribuciones irregulares a directivos e incluso, operaciones oscuras al fisco.
Sede central de MPS en Siena
Si a todo ello se le añade el fuerte componente político de la banca en Italia, ya tenemos un cuadro en ebullición que no podía escapar a la atención de los mercados. La pregunta es ¿cuánto tiempo deberá de transcurrir para que esos mercados fijen su atención en la banca francesa y, sobre todo, alemana?

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