Por razones obvias, no hay datos fehacientes que certifiquen las cifras, pero estudios creíbles de diversas organizaciones apuntan a que una cantidad aproximada podría ser del orden de los 24 billones (con B) de euros, equivalente a UN TERCIO DE LA RIQUEZA GLOBAL DEL PLANETA. .
Sin embargo, además de los paraísos fiscales, hay otra forma, menos llamativa pero igual de efectiva, de mantener las diferencias. Estos días se celebra en Davos (Suiza) el foro económico anual que reune a los primeras espadas mundiales en la materia para debatir problemática común y cómo abordarla.
Con motivo de estas jornadas, Intermon Oxfam, organizacion humanitaria que lucha para erradicar la pobreza del mundo, ha presentado un informe que, con el nombre de "El coste de la desigualdad: cómo la riqueza y los ingresos extremos nos dañan a todos", propone, no solo acabar con la lacra social que representa la existencia de los refugios financieros sino que también llama la atención sobre otros aspectos que están ahondando en la brecha entre pobres y ricos.
Respecto del primer punto, según la organización humanitaria, la desaparición de los paraísos fiscales "podría generar 189.000 millones de dólares (142.000 millones de euros) adicionales en recaudación impositiva".
Y respecto al segundo, Intermon Oxfam denuncia en el documento que el 1 % de la población más rica del planeta ha incrementado sus ingresos en un 60 % durante las últimas dos décadas, pese a la crisis, que "no ha hecho más que acelerar esta tendencia". En concreto, afirma que "los 240.000 millones de dólares (180.000 millones de euros) que ingresaron durante 2012 las cien personas más ricas del mundo equivalen a cuatro veces la cantidad necesaria para poner fin a la pobreza en el planeta".
Ante estas situaciones, la organización ha hecho un llamamiento a los líderes mundiales, presentes o no en Davos, para que se comprometan a la reducción de la desigualdad, ya que considera que "los ingresos extremos no sólo no son éticos sino económicamente ineficientes y políticamente corrosivos", además de "dividir a la sociedad". El informe asegura que es posible actuar y apunta a casos como el de Brasil, "que ha crecido al tiempo que reducía la desigualdad", y acude a las experiencias históricas recordando el "éxito histórico" del New Deal de Roosevelt, que le sirve de argumento al director general de Intermon Oxfam, José María Vera, para señalar que "necesitamos un New Deal global" que implante un sistema que funcione "en el interés de toda la humana en lugar de hacerlo para una elite mundial".
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Propone también "revertir la tendencia hacia sistemas fiscales regresivos", aplicar un tipo mínimo global a las empresas o incrementar las inversiones en los servicios públicos, así como revisar al alza los salarios en paralelo con los rendimientos crecientes de capital.
"No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza por unos pocos beneficiará al resto. No podemos permitirnos concentrar activos en las manos de unos pocos y dejar a la mayoría pelear por lo que queda", señaló el Director General de Intermon Oxfam en la presentación del informe.
Se puede acceder al informe completo de Intermon Oxfam (en inglés) clicando aquí
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