Por cierto, no consta la reacción ante esa "voluntad decidida" de los representantes, por ejemplo, del Reino Unido o los Países Bajos, ambos con territorios de ultramar que son conocidos refugios financieros. ¿O quizá, simplemente, les dio la risa tonta en el momento de publicarse la declaración?
Es curioso que haya coincidencia temporal entre el hecho expuesto y la divulgación del resultado de una documentada investigación realizada por el Consorcio internacional de periodistas de investigación (International Consortium of Investigative Journalist - ICIJ) en la que, tras quince meses de rastrear sólo 10 de los paraísos fiscales conocidos como Singapur, islas Cook o islas Virgenes, están en condiciones de demostrar la relación financiera con esos territorios de personas de 170 países. Como dato, se señalan más de 122.000 empresas offshore instrumentales, 12.000 intermediarios y casi 130.000 registros sobre esas personas.
En lo que respecta a España, ha tenido repercusión la inclusión en la lista, junto a un centenar de personas más, de la baronesa y mecenas Carmen Thyssen-Bornemisza, que aparece en los documentos por una empresa de las Islas Cook a través de la que compra obras de arte a casas de subastas como Sotheby's y Christie's, como hizo con 'Molino de agua en Gennep' de Van Gogh. En el caso de la baronesa, y aunque esta estructura le permite obtener ventajas fiscales, su abogado ha explicado que utiliza los paraísos porque dan "máxima flexibilidad" para intermediar en la compra de obras.
Molino de agua en Gennep, de Vincent Van Gogh. |
Además de las operaciones perfectamente legales, la investigación descubre cómo las ventajas del mundo 'offshore' permite prácticas delictivas como fraude y evasión fiscal, que a su vez son germen potencial de la corrupción política. En definitiva, se trata de grandes sumas de dinero fuera del control público de los gobierno. Lo escandaloso de todo ello es que muchos de los bancos más importantes del mundo han trabajado de forma agresiva para proveer a sus clientes de empresas en paraísos financieros. En todos los casos, contaron con la inestimable colaboración de firmas especializadas en la creación llave en mano de vehículos offshore, cuya base de datos forma parte del trabajo de investigación abordado por el ICIJ.
Una industria bien pagada de asesores, contables, intermediarios y otros ha ayudado a ocultar las identidades y los intereses de negocio proveyendo refugio en muchos casos para el blanqueo de capitales y otras conductas irregulares. Se han puesto de manifiesto casos reales de administradores y abogados suizos que ayudaron a clientes de todo el mundo a crear las empresas extranjeras y fideicomisos con el fin de evadir impuestos o de ocultar bienes a unos herederos demasiado ambiciosos.
Y llega el tercer acto del sainete al coincidir también ambos sucesos con el juicio por la petición de extradición efectuada por las autoridades suizas (!) a la Justicia española del ciudadano que "filtró" un listado con 130.000 clientes de la banca transalpina que, rápidamente fue adquirido por Alemania, Francia y otros paises (se dice que permitió también al fisco español echar el guante a algunos contribuyentes "despistados").
Sin entrar en consideraciones jurídicas de la extradición, la primera pregunta que a uno se le ocurre es: ¿se quiere de verdad luchar contra los paraísos fiscales o es simplemente un tema que se saca a colación para dar un titular periodístico pomposo y nada más?
"Estemos atentos a la programación"
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