Pensando en voz alta

Era previsible que volvieran los tiempos del agobio en que las prisas por llegar a acuerdos duraderos que beneficien a unos u otros condicionan claramente la agenda general de actividades; es así que asistimos atónitos a una escena (con un cierto toque de dejà vu) en la que el gobierno promete off the record una reforma laboral "agresiva" (De Guindos dixit), los sindicatos se enrocan en unas posiciones difíciles de defender, el paro ha pasado a ser un tema puramente estadístico, los agentes financieros plantean un sálvese quien pueda pero sin dejar de ganar un céntimo, los mercados siguen imponiendo impertérritos sus exigencias que se convierten en leyes...  y aportando cada uno lo que presentan como una solución milagrosa.
Eso me trae a la memoria a Antón Chejov (médico y escritor ruso, 1860-1904) cuando decía aquello de que "Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede curar." Claro que también es de Chejov la sentencia de que "cualquier idiota puede proponer cómo afrontar una crisis; es el día a día lo que agota"
Y en esas estamos, con síntomas de que los palos de ciego son cada vez más numerosos, seguramente porque afrontar la crisis desde su raíz es duro, muy duro. Ya se alzan voces que pregonan que todo lo que se está proponiendo no son sino parches que no solucionan el problema a largo plazo. Nadie se sorprende cuando se habla de "sostenibilidad", pero pocos están dispuestos a tomarla seriamente en consideraciòn, pese a que resulta cada día más evidente que el futuro basado en el crecimiento es inviable, nos guste o no. Aplicando las leyes inmutables de la física, todo crecimiento en un espacio finito es finito. Por definición. Y la economía, en este aspecto, es una disciplina asimilable a la física. Deberá buscarse un futuro guiado por el servicio a la persona, el SER: (alimentación, salud, cultura, bienestar familiar...) en detrimento del TENER, simbolizado por el consumo.

Antón Chejov: "La felicidad no existe. Lo único que existe es el deseo de ser feliz."

Es curioso pensar que, para atender a esas leyes inmutables será preciso cambiar algunas leyes temporales, dictadas al hilo de un estilo de vida cada día más cuestionado.
Seguiremos sobre el tema.