De un tiempo a esta parte viene siendo objeto de encendido
debate público la conveniencia o no de autorizar la instalación, en determinados
parajes, de sistemas agresivos de extracción y almacenamiento de gas, llamados popularmente
de fracking[1], un
sistema, para algunos, “limpio” y, sobre todo, rentable, y para otros altamente
dañino para el medo ambiente.
Poco se ha dicho hasta ahora, sin embargo, de otros motivos
que conviene tener muy presentes a la hora de analizar la autorización o no de
estas instalaciones, como es su impacto en la salud humana. En Estados Unidos,
donde ya actualmente más del 60 % de los pozos de extracción instalados aplican
esta técnica de fracturación hidráulica, un grupo de científicos de
Pennsylvania y los estados vecinos ha constituido una organización sin ánimo de
lucro - al parecer el primero de su tipo en los Estados Unidos, el Proyecto de
Salud Ambiental del Suroeste de Pennsylvania (SWPA-EHP) – que, ante la falta de
seguimiento oficial del tema por el Departamento de Salud, ofrece asesoramiento
gratuito a las familias residentes en lugares cercanos a los pozos de
perforación ya que se ha puesto de manifiesto que, tanto en Pennsylvania como
en otras regiones afectadas por el auge de estas instalaciones, la gente se
queja de dolores de cabeza, hemorragias nasales y erupciones en la piel. Pero
debido a que no hay estudios completos sobre los efectos en la salud de la
perforación de gas natural, es difícil determinar si sus problemas están
relacionados con los pozos de gas y otras instalaciones de producción que han
surgido en torno a ellos.
Ante este vacío, la EHP fue clara: "Vimos que la gente estaba enferma, y los
riesgos [de extracción de pizarra] eran una posible fuente del malestar, luego
no podíamos esperar a que se realicen o no estudios de su impacto sin
proporcionar algún tipo de ayuda. Ya se están haciendo sobre el aire y la
calidad del agua, pero no sobre la salud de las personas"
No es tarea fácil para la EHP, que cuando alguien culpa a
sus problemas de salud a la perforación de gas, el personal de EHP tamiza para
encontrar la explicación más probable teniendo en cuenta la historia clínica del
paciente, su proximidad a la actividad de extracción y otros sitios
industriales, etc.
Los registros que empiezan a documentarse hablan de que los pacientes afectados suelen tener una combinación de síntomas que incluyen problemas respiratorios, erupciones y lesiones, irritación de los ojos, hemorragia nasal, entumecimiento, hormigueo, dolores de cabeza, náuseas y vómitos. Estos síntomas se han relacionado con algunos de los productos químicos emitidos durante el desarrollo de la fracturación, incluyendo formaldehído, partículas y compuestos orgánicos volátiles. Otros compuestos pueden estar relacionados con la contaminación del agua.
Los registros que empiezan a documentarse hablan de que los pacientes afectados suelen tener una combinación de síntomas que incluyen problemas respiratorios, erupciones y lesiones, irritación de los ojos, hemorragia nasal, entumecimiento, hormigueo, dolores de cabeza, náuseas y vómitos. Estos síntomas se han relacionado con algunos de los productos químicos emitidos durante el desarrollo de la fracturación, incluyendo formaldehído, partículas y compuestos orgánicos volátiles. Otros compuestos pueden estar relacionados con la contaminación del agua.
Para acabar, en palabras de un responsable del Departamento
de Salud, residente en el suroeste de Pennsylvania durante 15 años y que hace
cuatro o cinco años se dio cuenta de los pacientes que llegan con síntomas
extraños, incluyendo lesiones en la cara, “lo
que EHP está tratando de hacer es loable y lo más positivo, pero es en absoluto
suficiente... Es una gota en el océano de lo que realmente se necesita."
Este responsable da un dato final para la estadística: “La mayoría de afectados eran pobres y vivían en áreas con perforación de gas”
Este responsable da un dato final para la estadística: “La mayoría de afectados eran pobres y vivían en áreas con perforación de gas”
¿Habrá conexión entre Industria y Sanidad en nuestro país ante el problema ya denunciado en otros países? ¿Conocerán estas iniciativas?
[1]El
fracking, fracturación hidráulica, fractura hidráulica o estimulación
hidráulica es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas
y petróleo del subsuelo. El procedimiento consiste en la perforación de un pozo
vertical en el cual, una vez alcanzada la profundidad deseada, se gira el
taladro 90 grados en sentido horizontal y se continúa perforando entre 1000 y
3000 metros de longitud; a continuación, se inyecta a presión agua mezclada con
algún material químico en el terreno, con el objetivo de ampliar las fracturas
existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo y que son
típicamente menores a 1 mm, y favorecer así su salida hacia el exterior.
Habitualmente el material inyectado es agua con arena y productos químicos,
cuya finalidad es favorecer la rotura o incluso la disolución de la roca.
Debido al aumento del precio de los combustibles
fósiles, que han hecho económicamente rentables el fracking, se está propagando
su empleo en los últimos años, especialmente en Estados Unidos
Los partidarios del sistema argumentan los beneficios
económicos por poder acceder a hidrocarburos antes inaccesibles. Sus oponentes,
en cambio, señalan el impacto medioambiental que incluye la contaminación de
acuíferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera y sonora, afloración
de los gases y productos químicos utilizados a la superficie, contaminación en
superficie debida a vertidos, etc., sin descartar casos de incremento en la
actividad sísmica, la mayoría asociados con la inyección profunda de fluidos
relacionados con el fracking en el subsuelo.
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