Y hay que decir, pese a todas las apariencias, que el tema de la banca se lo toman muy en serio. Desde el punto de vista de la operativa con los clientes, las entidades están supervisadas por un organismo, el FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation - Corporacion federal de seguros de depósitos) que garantiza los depósitos no especulativos de los clientes hasta 250.000 dólares) y que, a juzgar por la información que difunde (su actividad y resoluciones son públicas), no le ha temblado la mano en estos años difíciles para cerrar entidades que cojeaban en solvencia.
Por lo que se refiere al tema siempre delicado del blanqueo de capitales y el uso de entidades bancarias para llevarlo a cabo, un último ejemplo: la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés) del Departamento Tesoro de Estados Unidos, emitió, el pasado jueves 23, una norma definitiva que impone una medida especial contra el FBME Bank Ltd, anteriormente conocido como el Banco Federal de Medio Oriente, mediante la cual prohíbe a las instituciones financieras estadounidenses abrir o mantener cuentas de corresponsalía o por pagar en nombre de esta entidad bancaria por la preocupación que suscita en su participación en operaciones de blanqueo de capitales
El FBME se fundó en Chipre en 1982 como filial del Banco del Líbano, que se convirtió en el mayor banco internacional de Chipre pero que en 1986 trasladó su central a las Islas Caiman y Chipre quedó como simple sucursal
De acuerdo con lo que explica el FinCEN, la medida especial contra el citado banco se basa en los siguientes aspectos:
- realiza un importante volumen de transacciones y actividades que tienen poca o ninguna transparencia y a menudo sin un propósito comercial legítimo aparente.
Una joya, vamos; lo preocupante, pese a todo, es que la iniciativa del FinCEN, según se declara, "está justificada y es necesaria para proteger el sistema financiero de Estados Unidos porque demuestra que los Estados Unidos no permitirá que un banco extranjero comprometa el envío de fondos sucios a través de su sistema financiero.”
Esta imposición, en definitiva, restringirá la capacidad de FBME para acceder al sistema financiero de Estados Unidos y alerta a la comunidad financiera internacional de los riesgos que plantean al tratar con FBME.
Pero nada más. Y, cuando más allá de "chiquilladas" como la de la BPA, se pone de manifiesto la existencia de organizaciones como la descrita, que siguen operando con el beneplácito de todos en clara contradicción con el mensaje repetido de la voluntad de acabar con la corrupción y el delito financiero, uno no puede sino recordar con cierta perplejidad acciones expeditivas coordinadas entre todos los países (por lo tanto, se pueden hacer) como la que en lejano 1991 obligó a cerrar EN TODO EL MUNDO (también en España, donde tenía sucursales) el Bank of Credit and Commerce International, cuya jugosa historia podremos recordar otro día.
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