Cuando uno oye hablar de eso de la música andaluza, no es nada extraño que lo relacione con la llamada copla, ya que copla, copla andaluza, canción española o canción folklórica (que todos esos nombres tiene) es un género artístico de la música de España que surge formalmente en la década de los años veinte del pasado siglo, con los antecedentes de la tradicional tonadilla, el teatro de variedades, la zarzuela, la ópera flamenca y el cuplé (del que heredó su sociología y valores), y se mantuvo vigente incluso durante la guerra (in)civil y la posguerra; a partir de 1950 tuvo una fuerte presencia en el cine musical y el teatro y, a partir de la década de los años 70 comenzó un ligero declive con la popularización en España de otros estilos musicales. Sin embargo, su fuerte arraigo en la identidad cultural del país y el compromiso de muchos artistas han permitido que la copla siga vigente en el siglo XXI. ¿Quien no recuerda algunas canciones “folclóricas”·como, por ejemplo, María de la O, ¡Ay pena, penita, penaǃ, Ojos verdes o Carmen de España? Las letras de este género ahondaban en las pasiones humanas, generalmente con carácter narrativo, desplegando historias de sentimientos desbordados, el amor, el desengaño, los celos, la tristeza o la alegría en los que los personajes se ven superados por unas pasiones que no pueden ni quieren controlar. En muchos casos se evocan personajes sombríos e imágenes violentas, en otros resignado sufrimiento y honda tristeza. Paralelamente a la copla, pues, a finales de los años 60, las bases militares americanas situadas al sur de España – Morón de la Frontera (Sevilla) y Rota (Cadiz) - eran una fuente de música importada a una España ajena a los movimientos culturales del resto del mundo, lo que originó un movimiento cultural conocido como “underground” que estuvo focalizado principalmente en Sevilla. Estas nuevas músicas unidas al flamenco, manifestación artística arraigada a esta tierra y a la manera de vivir de sus gentes, ocasionó una corriente musical llamada Rock-Andaluz. Como antecedentes curiosos, ya en 1960, Miles Davis, una de las figuras más relevantes, innovadoras e influyentes de la historia del jazz, graba Sketches of Spain, un acercamiento a la música popular española, incluyendo una Saeta y una Soleá, pero que nada tiene que ver con el rock, y .“Spanish Caravan’ es una canción de la banda de rock estadounidense The Doors. Incluida en el álbum Waiting for the Sun, de 1968, y de la que se podría decir que consta de una pista básica de flamenco del tipo ‘Granaínas’, tomando prestado el inicio de ‘Asturias’, de Albéniz, para más delante incorporar una falseta semejante a una ‘Malagueña’
El rock andaluz fue la banda sonora de una juventud alegre y desenfadada que se estaba sacudiendo toda la laca y los flequillos de la España yeyé franquista y estaba a punto de dar el paso hacia una cultura más enrabietada y más comprometida con su sensibilidad artística. Por supuesto con la inexorable democracia que se estaba cocinando a fuego lento. Representa una forma de hacer rock pero dicha en andaluz e inspirada en la vida andaluza. Descubrió a toda una generación que el flamenco también existía. Así, nace del resultado de unir la música de la tierra, en este caso el flamenco y la copla, con la música del momento y de aquel tiempo, el rock. Reivindicaba lo andaluz por encima de cualquier topicazo o folclorismo cutre que pretendía colocar el facherio de la época. Grandes bandas influenciadas por el blues rock y los nuevos sonidos, que llegaban a tropel: con el cambio de década confluyeron estilos diversos, la psicodelia posterior al triunfo de los Beatles y el ritmo y blues relanzado por los Rolling Stones abrían ventanas al heavy metal, el jazz rock, el rock sinfónico, el folk intimista, los ritmos latinos, y el country rock, entre otros. Tras el nacimiento del rock en Andalucía y, después de años imitando las fórmulas anglosajonas y americanas, los rockeros andaluces finalmente comenzaron a sonar con su propio acento, sin ambages. El rock andaluz es, pues, una corriente o movimiento cultural que comenzó en Andalucía a finales de los años 60’s; la música andaluza tenía por entonces necesidad de rock y surgió de forma espontánea como una expresión libre y variada, llena de influencias y calando intensamente en la juventud andaluza de aquellos años. Entre los estilos fusionados se encontraban el rock, el flamenco, el blues, el rock sinfónico, el jazz, el folk, etc. Una matización a tener en cuenta es que no son considerados estilos englobados en el rock andaluz: la rumba, el folklore tradicional, el pop andaluz, el flamenco fusión, el rock puro y duro sin toques propios de la tierra o el flamenco que se interpretase sin fusionar con el rock progresivo; aún así, el rock andaluz tiene una libre interpretación como ocurre en tantos otros estilos o corrientes musicales. Según el oído de cada cual, una música puede estar más cercana o lejana a nuestra definición.
A la postre, surge todo un movimiento musical y cultural que, con el grupo Triana a la cabeza, firmó una de las páginas más celebradas del rock español. Smash (grupo sevillano que se forma oficialmente a finales de 1968, aunque no es hasta mediados del 1969 cuando comienzan a ensayar, es considerado pionero del movimiento. Antes, incluso, estaría Gong, banda de rhythm and blues creada también en Sevilla en el año 1967 y de corto recorrido, cuyos dos únicos singles se publican en 1973, cuando el grupo ya ha desaparecido) y Triana son las bandas más identificativas del estilo, que combina el flamenco con tendencias contemporáneas del rock progresivo. Con estos sevillanos, los de Triana, capitaneados por Jesús de la Rosa, se generaliza el término rock andaluz en toda España. Gracias a varios elepés de incontestable éxito y varias giras multitudinarias, recibe discos de platino y se convierte en el grupo español más contratado en 1978. Triana abre un campo musical enorme, en el que tienen cabida igualmente los teclados electrónicos y el quejío flamenco. Le secundan en este estilo, por decir algunos nombres, conjuntos como Alameda, Zaguán, Tabletom, Goma, Guadalquivir, Cai, Imán-Califato Independiente, los almerienses de Almanzora, los cordobeses de Mezquita y Medina Azahara, que refuerzan la corriente con un toque heavy. El año 1979 ve la aparición del disco posiblemente más conocido del rock andaluz, «La leyenda del tiempo», de un tal Camarón de la Isla con el respaldo de los grupos Veneno, Alameda y Dolores, además de Gualberto y Tomatito. En octubre de 1983, Jesús de la Rosa, líder de Triana, fallecía en una carretera a la edad de 35 años y la banda más representativa de todo aquello desaparecía para siempre. Para entonces, la mayoría de grupos que junto a Triana habían llevado al rock andaluz a la cima de la música española, habían desaparecido o lo harían en breve. Los motivos, una evidente falta de medios y apoyo, y sobre todo la irrupción de una joven Movida Madrileña que ponía el foco toda la atención pública y ocupaba su lugar en lo más alto de la escena musical de este país. El caso de ‘Omega’, el disco grabado en 1996 por el malogrado Enrique Morente y Lagartija Nick, es un paradigma y cuaderno de bitácora de quien quiera navegar por estos mares sonoros. También desde coordenadas estrictamente indies ha habido casos sorprendentes, como el de Sr. Chinarro y su giro meridional o el de Los Planetas en La leyenda del espacio, un disco que asume el flamenco en su propia estructura (los palos) por encima de clichés y recursos manoseados. Pero ésta es otra historia.
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