La canción más emblemática de la cantante estadounidense Gloria Gaynor, de 80 años, se convirtió en un himno para su propia vida ya que padeció el vínculo con los hombres y se sobrepuso: desde su padre ausente y sus hermanos machistas hasta un esposo que la engañaba y un hombre, pareja de madre, que abusó de ella cuando tenía apenas 12 años. Gloria Gaynor hizo en 1978 un hito musical imbatible que, con toda seguridad, va a sobrevivirla a ella y -tal vez- a los lectores de estas líneas, por jóvenes que sean. I Will Survive (Sobreviviré), escrito por Freddie Perren y Dino Fekaris, nació en una época en que la diva de la música disco estaba casi postrada, deprimida y al borde de quedar desocupada, se convirtió en un himno a la resiliencia, expresión horrible pero cierta. Por primera vez, la letra de una canción se escribe desde el punto de vista de una mujer, que es libre sin su amante y puede seguir adelante sin él. Salvo que se la cante el lecho de muerte, tiene lógica, Y más para la vida -entre dura y durísima- de la cantante de música disco y soul. Gaynor nació con padre ausente, que abandonó a la madre de Gloria, cuando estaba embarazada de ella. La nena se crió en un departamento de un ambiente con seis hermanos: una nena y cinco varones y, a sus 12 años, fue abusada por la pareja de su madre. La historia se repetiría cinco años después. “A los 17 años fui abusada sexualmente otra vez, por el primo de mi novio. Se salió con la suya: amenazó matarme si gritaba. De todos modos, nadie iba a oírme, porque no había nadie más en el edificio. Nunca hablé de estos abusos y nunca lloré por ellos. Simplemente, me hicieron sentir indigna. Interioricé toda esa locura. Esos sentimientos se llevan en lo más profundo del propio ser. Te tocan en un lugar que ni siquiera sabes, te dejan cicatrices de las que ni siquiera eres consciente, y la culpa jamás es de la abusada sino del abusador. Tristemente, esto le puede pasar a cualquiera. Nadie está a salvo de los depredadores sexuales, y más cuando eres joven. La víctima jamás debe plantearse si ha hecho algo mal. La responsabilidad es siempre de la persona que intenta propasarse. No quiero que las víctimas se martiricen por lo que les ha pasado. Decidí hablar de este asunto porque sólo así puedo ayudar a las personas que han pasado, pasan o van a pasar por esta situación traumática”. Cuesta pensar que, con estas experiencias, Gaynor se casó con Lindwood Simon, policía cocainómano que la sometió a maltratos durante muchos años. “Cuando lo conocí venía de ser rechazada, de sufrir la falta de respeto y la negación de los hombres en mi infancia, mi pubertad y mi juventud. Pensé que Lindwood iba a ser el caballero de la brillante armadura, mi escudo protector. Era inteligente y generoso. Una vez que nos casamos lo convertí en mi manager. Y entonces empezó una etapa espantosa”. Gloria y Simon tuvieron un matrimonio infeliz (al menos ella) y demasiado largo, hasta que la cantante pidió el divorcio, a los 62 años, y se separaran definitivamente en 2005. “Creo que duramos tanto tiempo juntos porque yo le temía a la soledad, tal vez por lo que había visto en mi madre con mi padre”. Una de sus tantas amarguras era no haberse convertido en madre; había quedado embarazada durante su luna de miel, pero luego perdió el embarazo. I Will Survive había sido y seguiría siendo el punto más alto de su carrera, no sólo por motivos musicales; un número increíble de groupies le contó a Gaynor que el tema les había salvado la vida. “Después de un concierto en Italia, se me acercó una joven y me dijo que estaba pasándolo muy mal, que sentía tanta ansiedad y dolor que había planeado suicidarse, pero que al escucharme cantar “I will survive” le había hecho cambiar la decisión. Otra vez, un muchacho africano, sobreviviente de una guerra civil, me contó cómo habían asesinado a toda su familia frente a él. Al tiempo, llegó en barco a los Estados Unidos. Sus vecinos de arriba escuchaban la canción y eso le dio ganas de seguir viviendo. La música sana y empodera. Nos ayuda a querernos más”. A los 65 años, Gaynor empezó a estudiar psicología; a los 71, obtuvo la licenciatura. Para ella, la música disco -género cuestionado en su momento, pero que envejeció muy bien-tiene el efecto de una buena terapia. “La música disco siempre sirvió de instrumento de unión entre la gente y la ayudó a liberarse del estrés diario, no veo qué se le podría criticar . Yo no he vuelto a ver otro estilo capaz de hacer disfrutar por igual a personas de cualquier raza, nacionalidad, sexualidad o edad. ¿No es acaso nuestro objetivo final? ¿Compartir lo que tenemos? Para mí, la vida se trata de eso”. Gaynor se convirtió al cristianismo y lanzó un álbum de música gospel titulado We Will Survive (Sobreviviremos), título que posteriormente llevó su libro homónimo, del que hemos extraído sus declaraciones, publicado en 2014.
Muchas veces detrás de una buena cancha hay una historia sobrecogedora!!!!👏👏👏
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