El próximo jueves. día 19 de junio, tiene la posibilidad de ser histórico. Pero no por una magna ceremonia oficial en nuestro país que parece encaminada a sancionar el inicio de una nueva continuidad, sino porque en el otro extremo del mundo, en Melbourne (Australia), la organización Transparency International (TI) iniciará unas jornadas de trabajo con representantes del G-20 sobre cómo los gobiernos pueden poner freno a los corruptos. Por cierto que un claro indicador de corrupción cotidiana será ver la atención que esas jornadas merecen en nuestros medios de comunicación.
Los esfuerzos globales de la citada organización (recordemos que es aquella que no para de darnos disgustos cuando en la encuesta mundial anual que determina la percepción de la corrupción por países, el nuestro parece empeñado endestacar por el dudoso honor de escalar puntos negativos cada año) para
combatir la corrupción toman una nueva dirección con el
lanzamiento de una iniciativa para descubrir a los corruptos y las compañías
que estos delincuentes utilizan para esconder sus ganancias ilícitas, entre otras, conocidas compañías fantasmas en jurisdicciones de alto secretismo y
opacas estructuras corporativas que permiten que los corruptos escondan sus
botines.
La presidenta de TI, Huguette Labelle, ya ha anunciado que se debatirá acerca de la necesidad de que los gobiernos del G-20 hagan los
cambios necesarios para asegurar que las autoridades y los ciudadanos sepan quién
se beneficia realmente de cada compañía registrada en sus territorios.
Han pasado ya seis años desde que los jefes de las economías
desarrolladas y en vías de desarrollo se reunieron por primera vez para
discutir el estado del sistema financiero mundial. El G-20 introdujo un
programa anticorrupción, pero este programa duerme el sueño de los justos y, en palabras de Mrs. Labelle,
“si las economías líderes cumplen las promesas
realizadas en los recientes años, eso puede tener un impacto positivo no solo en
sus economías sino también en los esfuerzos mundiales para promover un
progreso económico sostenible, pese a que los desafíos a que nuestro mundo se enfrenta en la actualidad son enormes” y esa será la postura de TI ante el G-20 para implementar realmente un Plan de Acción
Anticorrupción.
Abundando en el tema, un informe del Banco Mundial señala que entre los más de 200 grandes casos de corrupción estudiados en los últimos 30 años por ese organismo, más del 70% evidenció el uso de personas jurídicas simuladas (la mitad de las cuales compañías anónimas fantasmas) para el robo de fondos. Según este informe, el coste del soborno asciende a
más de dos mil millones de dólares anuales (sin contar la malversacion o robo de fondos o bienes públicos) lo que representa casi el 1,4% del PIB
global.
Que la corrupción está más infiltrada en las sociedades (clase política aparte) de lo que suele admitirse lo corrobora por ejemplo una reciente encuesta de TI en la que casi un 30% de los participantes en 15 de los
países que componen el G-20 creían que habían perdido negocios debido a
prácticas corruptas, y otra encuesta de PriceWaterhouseCoopers en la que participaron unos 400 altos
ejecutivos de compañías indica que casi el 45% de ellos señaló que los riesgos relacionados con la
corrupción los llevó a tomar la decisión de no entrar en determinados mercados o de rechazar una oportunidad comercial. TI informó que un 25% de las personas que participaron en su encuesta mundial reconocieron haber pagado un soborno para acceder a algún servicio concreto.
Para poder eliminar la corrupción, las fisuras en el sistema
financiero que permiten que los corruptos muevan y escondan bienes o fondos robados
deben ser eliminados. Con esta idea en mente, TI pedirá a los líderes del G-20, aparte de asumir el compromiso de cumplir sus propias promesas, que promulguen la legislación necesaria para proteger a los denunciantes
de actividades corruptas, que trabajen para la creación de un nuevo
estándar de actuación y compromiso global y transparente especialmente para las industrias vulnerables a la corrupción tales como el sector de
recursos y energías naturales y...asegurar que los funcionarios corruptos no puedan moverse
con total impunidad entre los países del G-20.
Habrá que estar atentos en los medios a la celebración de las jornadas. El tema lo merece.
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