lunes, 9 de junio de 2014

Guia para perplejos por el BCE

El médico y filósofo andalusí (cordobés, por más señas) del sigo XII Moshé ben Maimón, en árabe Musa Ibn Maymun, o Maimónides para los amigos, fue el autor, entre otras obras más enfocadas a la medicina, de la conocida Guía de perplejos, la más universal de sus obras, escrita originalmente en árabe y traducida al hebreo en vida de su autor.
Para no entrar en profundidades filosóficas, sólo diremos que el objetivo principal de la obra era intentar explicar pasajes difíciles de la Biblia (cristiana) interpretándolos en relación al Midrash o al Talmud (judíos), ya que aparentemente estaban en conflicto con el sentido común.
Como es natural en estos casos, y tal como sucede con las propias Sagradas Escrituras, la Guía de perplejos ha tenido diversas interpretaciones a través de los tiempos, y no sería raro que hoy, el Banco Central Europeo (BCE), se hubiera de nutrir del sistema de parábolas y analogías que se usan en los escritos de Maimónides para transmitir el sentido común de alguna de sus decisiones.


Viene esto a cuento porque el presidente de la institución, Mario Draghi, informó muy recientemente de las esperadas "medidas de choque" a impulsar por el BCE para reactivar la economía de la eurozona. Dentro de ellas resalta el acceso de la banca a efectivo facilitado por el propio BCE y que, condición sine qua non, ha de destinarse a conceder crédito para particulares y pymes. Una medida a aplaudir, sin duda, dejando de lado la dificultad práctica que pueda representar su implantación, control y seguimiento.
Pero resulta que quien más y quién menos, ya estamos escamados de que las "ayudas" o incluso los "rescates" a la banca no se traduzcan en mejoras reales para el ciudadano, por lo que empezamos a tener la costumbre de leer la "letra pequeña" con atención.  Y en este caso, entre otros que no forman parte de esta reflexión, hay uno que debería explicarse, y es que el volumen de crédito disponible del BCE por cada entidad está función de su vocación crediticia. En román paladino, eso quiere decir que si un banco invertía sólo en hipotecas, que se olvide, mientras que otro que sólo financiaba pymes tendrá acceso a todo lo que le corresponda, con toda la gama  de grises entre ambos extremos.

¿No os parece que el BCE (y los medios) deberían dar publicidad a estos matices a la vez que lanzan las campanas al vuelo para evitar tener que aplicar la filosofía de Maimónides sobre la perplejidad que afecta al sentido común?

No hay comentarios:

Publicar un comentario