Greensleeves (en castellano, mangas verdes) es una canción y melodía tradicional del folklore inglés, popularizada durante finales del siglo XV y a lo largo de todo el siglo XVI. Fue ampliamente difundida tanto en el ámbito social, así como en los ejércitos que la cantaban para rememorar amores que habían dejado atrás antes de partir a la guerra, es una de las más famosas canciones folclóricas inglesas de todos los tiempos. Aunque está muy extendida la creencia que atribuye su autoría al rey Enrique VIII1 para su amante y futura reina consorte Ana Bolena, esa hipótesis está descartada debido a la estructura musical de esta obra, que por sus características armónicas y rítmicas es muy improbable que fuera compuesta en Inglaterra antes de la muerte de ese monarca. Probablemente fuese de origen isabelino y basado en un estilo de composición italiano que no llegó a Inglaterra hasta mucho después de la muerte de Enrique. Concretamente, Greensleeves está construida sobre el esquema armónico de la Romanesca, un estilo de canción popular italiana que también tuvo gran difusión en España y en la Inglaterra isabelina. Se desconoce quién era exactamente Lady Greensleeves, la dama “de las mangas verdes” del título (casquivana) de la que estaba enamorado el desconsolado y también desconocido autor, pero tenemos un precioso retrato en el que podemos verla tal como la imaginaba en el siglo XIX el poeta y pintor Dante Gabriel Rossetti, que se reproduce al inicio de estas líneas. Hay muchísimas versiones de la canción, realmente para todos los gustos, empezando por la de Elvis Presley (perteneciente a la banda sonora de Stay Away Joe, una película de su etapa más comercial) sin olvidar la versión de Debbie Reynolds en la película La conquista del Oeste con el nombre de "Home in the Meadow" (La casa de la pradera), y por supuesto, con otra letra, y continuando con arreglos pop, new age o heavy metal, que mantienen cierto interés cuando no llegan a degenerar en cursi y hasta en kitsch (incluso existe una versión en castellano, de Julio Iglesias). Algunas de esta versiones emplean la letra alternativa navideña escrita en 1865 por William Chatterton Dix, que convierte esta canción en el villancico What Child is This. (los textos de Navidad y Año Nuevo se asociaron con la melodía desde 1686, y en el siglo XIX casi todas las colecciones impresas de villancicos incluían alguna versión de palabras y música juntas, la mayoría de ellas terminando con el estribillo "El día de Navidad en el Mañana")..El compositor inglés Ralph Vaughan Williams utilizó Greensleeves en su ópera Sir John in Love, sobre la obra de Shakespeare Las alegres comadres de Windsor, estrenada en 1929. Cinco años después retomó esa melodía para una Fantasía, posiblemente hoy la versión más conocida.
En cuanto a la letra, hay muchas versiones, la mayoría son como un lamento convencional de amante, a menudo variando en este lamento simplemente la densidad silábica2 del verso. Probablemente circuló en forma de manuscrito, como mucha música de uso social, mucho antes de que fuera impresa; una canción con este nombre se registró en la London Stationer’s Company (Compañía de Impresores de Londres) en 1580, como A New Northern Dittye of the Lady Greene Sleeves pese a que no se conoce ninguna copia de esa impresión pues en la obra conservada A Handful of Pleasant Delights, de1584, aparece como A New Courtly Sonnet of the Lady Green Sleeves. To the new tune of Green sleeves. Es discutible si esto sugiere que había en circulación una vieja canción de Greensleeves o cuál de ellas es la melodía que nos es familiar. En la obra de teatro de William Shakespeare Las alegres comadres de Windsor, escrita alrededor de 1602, el personaje de una de las comadres, Ama Ford, se refiere dos veces, sin ninguna explicación, a “la melodía de Green Sleeves”
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1Sí, el de Ana Bolena y demás. Requiere una explicación. Desde el momento de su ascenso al trono en 1509 la música pasa a ocupar un lugar prominente en la corte. Tratándose de un rey joven (apenas tenía 17 años) y con gusto por la diversión y el ambiente cortesano, la música aparece en todo tipo de ceremonias: reuniones con jefes de estado y embajadores, procesiones, banquetes, justas…Como cuentan las fuentes, gustaba de oír a los demás, pero también se recoge que él mismo fue intérprete al laúd, al órgano y también al virginal y otros instrumentos. Y sobre todo, estas mismas fuentes inciden en cómo el monarca escribía sus propias canciones para después interpretarlas. Al Enrique VIII compositor se le ha tratado de las maneras más contrapuestas: desde poco más que un farsante, por copiar completamente obras continentales y sólo añadirles su firma, a la visión del genio que revolucionó la música de su tiempo en Inglaterra, acuñando la intemporal Greensleeves. Como suele ocurrir en estas ocasiones, el término medio suele llevarnos a la opción más cercana a la realidad: es cierto que sus obras se inspiraron en música continental europea y que algunas de ellas se construyeron sobre piezas prexistentes –una costumbre muy común– pero no sería ca.rrecto afirmar que la mayoría de su obra es pura copia. Las piezas atribuidas al monarca se conservan en el conocido como “Manuscrito de Enrique VIII”, compilado en 1518 y que incluye también obras de otros compositores contemporáneos, como Cornysh, Cowper o Fairfax, o continentales, como Barbireau o Compère y, además de las piezas recogidas en este manuscrito, se sabe que Enrique escribió dos misas en cinco partes, que hoy se encuentran perdidas, y un motete religioso, Quam pulcra es. Que sepamos, esta fue toda su aportación a la música sacra y se ha de decir que el nivel de estas composiciones ha sido muy discutido. En algunos casos, parece ser que las piezas han llegado hasta nosotros más por el renombre de su autor que por su calidad musical, pero sobre todo es innegable que las piezas en lengua inglesa tienen interés por sí mismas, que enganchan.
2En mi época de estudiante, entre el inglés arcaico del poema y nuestra bisoñez, el análisis de Greensleeves era una de las pesadillas de la clase y a duras penas se disfrutaba de la belleza de la música.
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