viernes, 7 de diciembre de 2012

Lectura recomendada sobre los paraísos fiscales

No hace muchos meses se publicó, simultáneamente en versión para el mercado británico y el de Estados Unidos (con algunos capítulos enfocados de forma diferente en cada caso), un interesante libro, del que aún no existe traducción al castellano (que se sepa) que analiza pormenorizadamente la problemática originada por las grandes sumas de dinero depositadas en paraísos fiscales relacionadas con la evolución de esta crisis de la que aún nadie se atreve a pronosticar el fin con un mínimo de credibilidad en el pronóstico.
El libro en cuestión se llama Treasure islands. Tax havens and the men who stole the world (Islas del tesoro. Los paraísos fiscales y los hombres que robaron el mundo) y aunque el nombre nos trae a la imaginación las entrañables aventuras narradas por R.L. Stevenson, nada que ver, por supuesto con ese clásico. El autor es el escritor, periodista y columnista (para el Financiasl Times, The Guardian, The Economist y otros), Nicholas Shaxson,  autor también del aclamado Poisoned Wells: the Dirty Politics of African Oil (Pozos envenenados: las sucias políticas del petróleo africano), considerado uno de los 50 personajes más influyentes en temas fiscales por The Tax Justice Networ. Curiosamente, su residencia habitual es en Suiza, según afirma, por razones de trabajo de su esposa.

A modo de resumen apresurado, Shaxson afirma en su libro que los paraísos fiscales y todo el sistema financiero off-shore es una de las más poderosas razones de todos los males del mundo, incluyendo el aumento de las desigualdades (los ricos no pagan impuestos), la crisis financiera y la pobreza en África (el dinero del petróleo, los minerales y la ayuda externa canalizada hacia ellos en plazas como Ginebra Londres, que a su vez los desvían hacia su red de territorios de ultramar como Jersey, Islas Caimán, Bahamas, etc ...). Aún a riesgo de ser repetitivo, el libro ofrece interesantes anécdotas y hechos históricos, y se erige en recordatorio de que "algo está podrido en la economía mundial". denunciando que ya no vivimos en democracia, sino más bien en plutocracias en las que el dinero determina las políticas a aplicar. Esto explica por qué las finanzas offshore son "legales" y los ricos no pagan impuestos, mientras que los gobiernos tratan de exprimir cuanto más mejor al ciudadano medio. La lucha contra los paraísos fiscales, afirma, debería ser una prioridad, y es una idea mucho más efectiva que recortar en pensiones para reducir la carga de la deuda. Por citar sólo un ejemplo, según el libro, el 99% de los depósitos de Grecia en Suiza no están declaradas a las autoridades fiscales de su país.
Nicholas Shaxson
¿Por qué es oportuno este libro ahora?
Desde el inicio de la crisis en 2007 y, particularmente, a raíz de la reunión del G20 en 2009, los mandatarios expresaron su preocupación acerca de la existencia de los paraísos fiscales llegando a hacer gestos grandilocuentes (que quedaron en pura retórica) para conseguir acabar con ellos. Las cifras, cuando se habla del dinero depositado en paraísos fiscales o refugios financieros, realmente, marean: hay entre 20 y 30 billones de dólares USA (entre dos y tres veces el PIB de Estados Unidos) escondidos en estos paraísos de la opacidad financiera.y puede calcularse que con una cuarta parte de esa suma se evitarían los recortes fiscales que están asolando las sociedades industrializadas, dejando en la calle o sin servicios sociales a decenas de millones de personas y desacelerando la economía global.
 Lo preocupante es que, inmersos ya casi en el año 2013 en una crisis de inabarcable extensión, los paraísos fiscales florecen como nunca lo han hecho, si bien en palabras de Shaxson, “las cosas están cambiando. Por primera vez hay señales de una nueva arquitectura global basada en la transparencia fiscal y una lucha más genuina contra los paraísos fiscales”

La razón del optimismo de Shaxson y organizaciones como Tax Justice International reside en un principio tan simple que cuesta creer que toda la presunta materia gris del G20 o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no lo haya podido concebir antes y es el principio de promulgar legislaciones armónicas por las que los gobiernos estén obligados a informar sobre el dinero y los bienes de los ciudadanos extranjeros a sus países de origen, contrariamente a las legislaciones actuales, que contemplan la necesidad de petición previa de informaci´n por el país de origen, argumentada en supuestos no siempre admitidos por el país de destino..
Tanto la UE como los Estados Unidos están trabajando para que esta idea sea una realidad en 2013 y está previsto que incluya las identidades que se esconden detrás de compañías y fideicomisos que tienen por dirección un apartado postal o un buzón electrónico.

El imperativo económico y político de estas iniciativas es claro, y es que tanto en los EE.UU. como en la UE, que tienen serios problemas fiscales, está tomando cuerpo la idea de que no se pueden resolver con el simple y expeditivo recurso de recortar más el gasto en programas sociales, aunque a nadie se oculta lo delicado de la medida si tenemos en cuenta que, por citar un ejemplo, EE.UU. podría perder millones de puestos de trabajo como consecuencia de una disposición que ahuyentaría la inversión extranjera (calculada en 14 billones de dólares) con el objetivo de recaudar apenas un 1% de esa cifra (unos 100.000 millones), según declara Richard W. Rahn, director del Institute for Global Economic Growth. Por el lado opuesto, diversas ONGs y sindicatos reconocen que las iniciativas están llenas de rendijas legales que son hoy el eje de una feroz lucha político-diplomática.liderada por Suiza con el apoyo de Austria, Luxemburgo y Liechtenstein para forzar acuerdos bilaterales que permitan conservar el secreto fiscal. (vale la pena mencionar que, en todo este escenario, la posición del Reino Unido es ambigua; por un lado, está enfrentada a sus problemas fiscales y una economía que acaba de salir de una doble recesión, pero no del estancamiento y por el otro, es un centro financiero que se beneficia como metrópoli de la existencia de los paraísos fiscales. Tampoco puede olvidarse la asimetría que existe aún hoy en EEUU ya que la ley para que las instituciones financieras revelen las cuentas de sus ciudadanos en el extranjero se contradice con la absoluta confidencialidad que le otorgan al ahorrador o inversor extranjero cuando deposita su dinero en EEUU).

Para saber más del libro, clicar aquí. (en inglés) Particularmente interesante resulta el argumentario del autor para justificar algunas ideas vertidas en la publicación.






 

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