domingo, 2 de diciembre de 2012

"Alemania va bien"

Coincidiendo con la apertura formal de las ayudas a la economía española por parte de la UE, aunque pendientes de la decisión final acerca del rescate que es rescate o no, no se sabe, se ha conocido la noticia , aireada por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, de la controversia creada en torno a un informe, de nada menos que de 500 páginas, sobre la pobreza en Alemania o, más de acuerdo con la expresión deseada por el ministro de economía germano, Philipp Rösler, de la distribución de la riqueza en Alemania.
No se trata de criticar o glosar en estas líneas la oportunidad y alcance del informe, ceñido, además, a un territorio que, pese a su indudable influencia en la salida común de la crisis, nos es ajeno, sino de llamar la atención sobre algunos puntos de la noticia conocida sobre el mismo, enfatizando en el hecho obvio de que, hoy por hoy, la economía alemana es el motor que lidera la lucha contra la crisis en toda Europa.

Hay que empezar diciendo que las cuestiones semánticas planteadas por el gobierno alemán en la revisión del borrador del informe tienen mas calado que el meramente gramatical teniendo en cuenta que, en palabras del ministro citado, "Si (el informe) contiene pasajes que puedan dar a entender que a la gente le va mal, que existe una agitación social, lo que sea, entonces se estaría transmitiendo la impresión equivocada. Y por eso dije que lo que sí tenemos que hacer es reflejar la realidad". El problema es que, con ese criterio se ha eliminado la mención a que "la riqueza está repartida de forma muy desigual"  en un país en el que el 10 % de la población tiene una tercera parte de los bienes de todo el país y que el 50 % de la población solo tiene el 1 %, o que una de las soluciones aportadas por el informe de "una mayor exigencia fiscal a las grandes fortunas" se haya eliminado de un plumazo por no obedecer a previsiones del gobierno (pensando, posiblemente, en las próximas elecciones de 2013).O que hayan desaparecido las menciones a la precariedad del empleo con cuatro millones de personas cobrando el trabajo por horas con salarios inferiores a los 7 euros por hora, o elimiar la cita de que entre el 20 y el 25% de los habitantes de la mayoría de grandes ciudades viven por debajo del límite de pobreza...

Insisto. No se trata de criticar o glosar el informe. Pero es inevitable la comparación con nuestra época del "España va bien" para empezar a sentir escalofríos. Efectivamente, una cosa es no crear alarma por el/los gobierno/s y otra muy diferente esconder la realidad que, al final, siempre es tozuda y acaba por manifestarse sin cataplasmas, tal como es. Y la realidad es que Alemania depende hoy de China, una vez visto que los socios del sur de Europa no pueden comprar productos alemanes, que los problemas internos de estabilidad empiezan a mostrarse con más claridad de la deseada por el gobierno, que las políticas económicas que imponen a sus socios están consiguiendo resultados opuestos a los buscados, y que un enfriamiento de la economía global echaría al traste todas sus previsiones.

Todos necesitamos una Alemania fuerte (sin olvidar, por otra parte, que eso no significa obediencia prusiana a sus indicaciones) pero también una Alemania que sepa decir cómo está realmente para anticiparse a problemas de todos.


Es por eso que la cuestión trasciende la semántica y que, pese a que empieza a ser moneda corriente de nuestra clase política hispana el escamotear información (excepto para Bruselas, Berlín o Washington) en espera de tiempos mejores, debe recordarse que la mejor medida para empezar a atajar una enfermedad es que el enfermo sepa exactamente cuál es el origen de su mal. Sin brusquedades, de acuerdo, sin alarmas innecesarias, también de acuerdo, pero informando SIEMPRE de la situación real, de forma que, si es necesaria una intervención, sea porque esa situación lo exige, y no comunicar que hay un constipado y, al cabo de una semana, diagnosticar la necesidad de una operación a corazón abierto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario