domingo, 9 de diciembre de 2012

Robos de identidad a menores de edad

La consultora de investigación americana Javelin Strategy (https://www.javelinstrategy.com/) ha dado a conocer la pasada semana los resultados de una encuesta, que si bien tiene su alcance limitado a los Estados Unidos, no debe desdeñarse por cuanto define tendencias preocupantes de los delincuentes cibernéticos.
El estudio tiene el revelador título de "Las más jóvenes víctimas de robos de identidad" (Identity theft’s youngest victims) y, de acuerdo con la presentación efectuada a través del Washington Post, "el estudio demuestra que la forma más común  de utilizar la información personal de un niño es la combinación de su número de Seguridad Social con una fecha de nacimiento diferente de la real para crear así una nueva identidad que Javelin llama " la identidad sintética, "que es especialmente difícil de detectar" y que esa forma de fraude, en la encuesta efectuada a más de 5.000 hogares estadounidenses, la han padecido una de cada cuarenta familias.
En palabras de Steve Schwartz, presidente de Intersections Inc. consultora de riesgos corporativos y de identidad, y una de las firmas  patrocinadoras del informe, "El crimen organizado está buscando formas de crear cuentas con historiales limpios de crédito o de notas negativas de cualquier tipo y utilizando los datos de un niño hace que sea más fácil para ellos para crear un nuevo personaje. Una "identidad sintética" que puede ser utilizado para robar o lavar dinero o cualquier otro delito" 
La razón de ser de la utilización de datos personales de niños, naturalmente, "no fichados" en ningún registro, no es otra que la de ganar tiempo y dificultar el seguimiento del delincuente ya que, con datos de la encuesta,

los delitos en los que se usa la identidad de un niño requieren un promedio de casi un año (334 días, según el estudio) para detectarse si bien, cuando se detectan, la resolución es rápida (44 horas, menos de dos días). En un 17 % de casos estudiados posteriormente, la utilización de los datos robados ha sido superior a un año.

Identidad robada, infancia robada



Desde el punto de vista de vista de la posible conexión entre este hallazgo y la crisis galopante que padecemos, no puede echarse en saco roto el análisis de que "Los niños víctimas de fraude provienen en un porcentaje desproporcionado de hogares que viven por debajo del umbral nacional de pobreza (en el 58 por ciento de los casos detectados, los ingresos son menores de 25.000 dólares al año, cuando el porcentaje global de este nivel de ingresos es del 17 por ciento de todos los hogares con niños). Esta cifra permite alimentar la hipótesis de que los robos de identidad que afectan a muchos menores de edad pueden ser consecuencia de situaciones económicas familiares desesperadas".  
Desgraciadamente esta hipótesis parece confirmarse cuando, tras investigaciones posteriores de casos reales, se comprueba que el robo de identidad del menor ha sido cometido frecuentemente por familiares o amigos (el 27 por ciento de las víctimas señalaron conocer a la persona responsable del delito).

Ante esta lacra y la evolución de las tendencias, solo cabe recordar el principio de prudencia a la hora de publicar inocentemente datos (por ejemplo en las redes sociales) o información que pudiera volverse en contra. El análisis de situaciones desesperadas queda fuera de estas líneas pero debe ser un toque de atención a los poderes públicos acerca de la dimensión moral que puede alcanzar esta crisis.

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