martes, 25 de octubre de 2022

Cantar sólo fonemas.



Adiemus
, la canción de Enya que no es de Enya, es el título de una saga de discos del compositor galés Karl Jenkins en la que cada disco es una colección de piezas con la duración de una canción en la que se presentan voces melódicas armonizadas con una orquesta como acompañamiento. No hay letra en las canciones, sino que los cantantes recitan sílabas y palabras inventadas por el compositor. Sin embargo, en vez de llamar la atención a base de patrones de fonemas, el lenguaje de Adiemus está cuidadosamente estilizado a fin de no distraer la atención del oyente del timbre y el tono de la voz; por ejemplo, lo mismo que sucede con los idiomas africanos, las sílabas que terminan en consonante son inusuales. El concepto central es que la voz tendría que funcionar como un simple instrumento musical, una postura moderna que se ha convertido en una cierta tendencia, como ejemplifica la música compuesta por Vangelis para la película 1492: Conquista del Paraíso. El propio término de Adiemus se escribe de forma similar (pero se pronuncia de forma distinta) a una palabra en Latín que significa "Nos reuniremos cerca", aunque Jenkins asegura que lo desconocía. Entre la neoclásica y la world music, entre la música vocal y la de cámara, entre la incertidumbre y la sorpresa, así llegó el grupo Adiemus al gran público en 1995, por medio del disco "Songs of sanctuary", en el que el santuario es interior, un refugio privado al que poder escapar, que estaba dentro de cada oyente, de cada degustador de la magia desprendida por las notas de este disco. Como base de este trabajo, Jenkins elaboró una pieza de música orquestal y coral pero con elementos étnicos, cantada pero sin letra definida, en un lenguaje inventado particular del que importaba más la modulación que el sentido, al efecto de utilizarlo como un sonido más, recurso que si bien de ningún modo era exclusivo de Jenkins, este utilizó de manera impoluta. En las notas interiores del disco se destaca el hecho de esta indispensabilidad en un contexto cercano a lo religioso. La energía que desprende Adiemus va más allá de clasificaciones, pero en su fusión de influencias consiguió confundir a muchos en el negocio de la música, e inspirar a otros para seguir caminos paralelos. Eso sí, donde fuera que se escuchara o se encontrara la versión original de este disco, dejaba sin ninguna duda una marca de calidad, la de un concepto que cambió comletamente la vida de un galés llamado Karl Jenkins, una música extraordinaria que se ha desarrollado a lo largo de varias décadas y que tomó vida en este prodigioso "Songs of sanctuary".


 

1 comentario:

  1. Pues este tipo de música me gusta !! Me da como tranquilidad !!!😀😀

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