The Great Gig in the Sky” (El gran concierto en el cielo) es una canción de la banda inglesa Pink Floyd que fue publicada en Marzo del año 1973 dentro del famoso disco conceptual The Dark Side Of The Moon (La cara oscura de la luna). Hablar de Pink Floyd es hablar de calidad musical con letras mayúsculas, y es también hablar de una banda que no se dejó abrazar por las modas, ni quedar cegados de manera repentina con el éxito y que siempre estuvieron dispuestos a ir más allá de lo que pedían los demás, y con The Dark Side Of The Moon decidieron emprender otra faceta, la del rock conceptual, para dejar de lado las letras metafóricas, a ratos extrañas, y pasar a hablar claro y sin tapujos sobre el mundo. Además era el momento indicado para trabajar mano a mano con la mejor tecnología de estudio de grabación de esos años y empezar a experimentar con los nuevos sintetizadores. The Dark Side Of The Moon es un disco memorable que habla sobre el mundo de hoy, sobre las competencias, sobre el consumismo, sobre el vivir día a día en una rutina eterna, y debe ser por eso que fue un éxito inmediato en todo el mundo. Uno de los momentos épicos de este gran disco es cuando aparece en escena el piano de Richard Wright para dar inicio a su obra maestra: “The Great Gig in the Sky”, canción inspirada en la tristeza y la inminencia de la muerte (“Y no me da miedo la muerte, en cualquier momento llegará, me da lo mismo. ¿Por qué debería tener miedo de morir? No hay razón para ello, tienes que irte en algún momento”. Con estas palabras recitadas da inicio la pieza). La historia de esta canción empieza en Junio del año 1972 en los famosos estudios Abbey Road, cuando el tecllsta de la banda ensayaba una delicada pieza de piano que había escrito en sus ratos libres. “La toqué y se acercaron a escuchar la canción. En ese momento a todo el mundo le gustó la secuencia de acordes. Tras eso, nos miramos las caras y nos preguntamos ¿Qué hacemos con esto?”. Wright decidió poner una parte vocal, pero esta tenía que ser femenina, para darle un detalle especial a su creación y la elegida fue una cantante inglesa casi desconocida llamada Clare Torry, quien llegó al estudio y fue recibida por la banda y el productor. Charló con los músicos, escuchó la melodía, y entonces la cantante pidió la letra de la canción para ensayarla. Y ahí vino su sorpresa: ¡¡tenía que improvisar pensando en la muerte o en algo horrible!! … cosa que hizo. Y le salió extraordinario: la cantante no dice una sola palabra en su colaboración pero su solo se vuelve poderoso, decrece, parece que se hace dulce y sigue adelante con una vitalidad que sigue cautivando a todo aquel que se deje atrapar por la magia de su voz y la música de este mítico grupo británico de rock progresivo. El guitarrista de Pink Floyd, David Gilmour, declaró en una entrevista: “Quedé impactado cuando esta pequeña mujer blanca caminó al micrófono y empezó a cantar de manera maravillosa. Si bien le costó afinarse con el grupo, en todo ese proceso logró dar con ese sonido orgásmico que conocemos hoy y amamos por siempre”.
Nota.- El video adjunto es con las voces de Sam Brown, Durga McBroom y Claudia Fontaine, en la actuación en directo recogida en el disco Pulse.
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