martes, 6 de febrero de 2024

Y dejó la canción...



A Marie Laforêt
(Maïténa Marie Brigitte Doumenach, de ascendencia occitano-catalana, 1939-2019) la podemos encuadrar en esa época de la canción francesa en la que todos hablaban de amor, algunos de manera más cruda y descarnada que otros, pero todos con ese gusto y esa belleza que solamente se puede expresar en francés: Jacques Brel, Edith Piaf, Charles Aznavour, Gilbert Becaud, Francoise Hardy, Sylvie Vartan, ... estilos no siempre iguales, pero con el denominador común que aporta la nostalgia. Ante todo Marie fue en su época una mujer bellísima, con unos ojos que hechizan según los miras; con cierto toque misterioso, pues ella misma parecía alentar esos aires de leyenda con un gesto serio y una mirada tan directa como inquietante y cautivadora y, paralelamente a sus trabajos en el mundo de la canción, desarrolló una notable carrera de actriz, trabajando con grandes directores franceses como René Clément, Claude Chabrol, Michel Boisrond y Henri Verneuil. Como cantante tiene varias épocas, una primera más bien folk en las que versionó auténticas joyas del género como "Blowin' in the Wind", "House of the Rising Sun", "El cóndor pasa" y "The Sound of Silence", posteriormente hizo sus pinitos en el rock hasta devenir en el mundo del pop más convencional. En España tuvo su éxito, sobre todo, con el tema "Le plage" (La playa), una canción de amor más bien "tristona" y quizá algo pasada para estos tiempos, pero que es el tema de esta bellísima intérprete gala que trae indudables recuerdos, pues ya se sabe que hay canciones que llevan ineludiblemente unidas vivencias personales. Este tema, que en realidad es poco veraniego, remite a esta cantante y actriz que fue contracorriente con temas alejados de las chicas ye-ye de entonces y que provocó que su carrera no cogiese grandes vuelos por su madurez prematura; parece inspirarse en el folk o en temas de países del este. Pero he aquí su aire melancólico y esos ojos tan bellos. Su carrera comenzó, por casualidad, en 1959 cuando reemplazó a su hermana a última hora en el concurso de la radio francesa Naissance d'une étoile (Nacimiento de una estrella) y ganó. Su primer éxito lo obtuvo en 1963 con Les Vendanges de l'Amour del que en los países de habla española se lanzó una versión llamada Y volvamos al amor. Su primera aparición en la pantalla fue con el actor Alain Delon en el drama de René Clément, Plein Soleil (A pleno sol), tras la que se volvió muy popular e interpretó muchos papeles incluyendo La Fille aux Yeux d'Or (La chica de los ojos dorados), basada en una obra de Balzac, cuyo titulo se convertiría posteriormente en su sobrenombre. A finales de los 70s, Marie perdió progresivamente el interés en su carrera de solista y se mudó a Ginebra, Suiza, donde abrió una galería de arte y abandonó la música.


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