viernes, 30 de noviembre de 2012

Preguntas sin respuesta sobre el caso Bankia

La publicación con cuentagotas de los pormenores de la ayuda financiera a la banca nacionalizada está generando, más allá de la calma chicha de "los mercados" y la aparente contención de la prima de riesgo, una inquietud que no desaparece con los sucesivos desmentidos y/o puntualizaciones de nuestros responsables político-económicos.

A grandes rasgos, y en base a lo que del caso se ha publicado hasta este momento, hagamos un repaso del escenario que se abre:
1.- La Unión Europea ha abierto el grifo de las ayudas y, en una primera instancia, pondrá a disposición de Bankia, en varias modalidades, hasta 37.000 millones de euros.
2.- La intención es que este "préstamo" sea devuelto para que no pese definitivamente en el bolsillo del contribuyente (por otra parte, algunos de estos contribuyentes, engañados con las preferentes, en riesgo de desahucio por problemas de amortización con la misma entidad a la que se ven obligados a salvar, etc.)
3.- Adicionalmente, la entidad necesita acometer un agresivo plan de capitalización para llegar a un punto de mínima solvencia e inicio de rentabilidad en 2015, admitiendo pérdidas hasta entonces, de acuerdo con lo declarado en el Plan Financiero presentado el pasado día 28 por José Ignacio Goirigolzarri.
4.- La única forma en la que Bankia puede devolver las ayudas es rentabilizando su actividad y, por tanto, generando recursos.
5.- La ayuda comporta como contrapartida inicial el cierre de más de 1.000 oficinas, el despido (de una u otra forma, aún por ver) de 6.000 empleados y la reducción de la actividad a banca de particulares y pymes.
6.- En una segunda instancia, conocida posteriormente, la Unión Europea obliga al cierre de las oficinas en territorios, en los que ya estaban establecidos las diferentes entidades que conforman Bankia, pero que no son de las comunidades de Madrid y Valencia, origen de las entidades fuertes (?) del grupo, sin tener en cuenta, en principio de que sean o no rentables.
7.- Adicionalmente se obliga a desprenderse de participaciones rentables o rentabilizables como Mapfre, Iberia, NH, etc.


Y aquí empiezan a nacer las preguntas:
a) si el segmento de pymes y de particulares, más castigados por la crisis y sin apoyos gubernamentales para su recuperación, están en absoluta depresión, ¿cómo puede rentabilizar una entidad este segmento que, además, se le obliga a que sea único?
b) si se le obliga a cerrar oficinas rentables sólo por estar en una determinada zona geográfica, ¿cómo recuperar esos beneficios en oficinas no rentables, aunque, eso sí, en zona tradicional, y con un negocio deprimido por segmento y ubicación?
c) ¿qué pasará cuando, eventualmente, se confirmaran estos augurios? ¿Se venderá por un euro, envuelta en vistoso celofán, a una entidad que, ahora sí, podría rentabilizarla invirtiendo en sectores rentables?
d) ¿cómo se instrumentará en ese caso la devolución a los contribuyentes de los fondos que están siendo obligados a aportar?.


El problema de fondo es que, cuanto más vueltas se le dan a las noticias que se van sabiendo, mayor es el número de preguntas sin respuesta y corremos el riesgo de dejarnos arrastrar por la política/ficción o por la economía/arcano, lo que se ha de evitar para no aumentar aún más la confusión.

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