¿Vamos al cine? Lee
Marvin, recordado por el tono grave de su voz (bajo profundo), su
pelo cano y su corta estatura, es una de esos actores omnipresentes
en el cine del siglo XX que incluso recibió un Óscar por su doble
papel en la película La
ingenua explosiva, de 1965,
con Jane Fonda. A pesar de incorporarse al mundo del cine después de
una adolescencia rebelde y de luchar en el Pacifico en la II Guerra
Mundial Lee Marvin no tardó en darse a conocer gracias a los papeles
de tipo oscuro, duro o sin escrúpulos (inolvidable
su interpretación del Mayor Reisman en Doce
del patíbulo,
o
su papel de Liberty Valance con John Ford).
Sin embargo, no lo traigo hoy a colación por sus dotes de actor sino
por su voz grave, por la canción, Wand'rin
Star, que cantaba en la
película La leyenda de la
ciudad sin nombre
(“traducción literal” del original inglés Paint
Your Wagon) de
Joshua Logan, una película con
Lee Marvin y Clint Eastwood dentro,
y con la belleza de Jean Seberg en
ella. ¿Musical? Sí, pero
diferente, sin grandes bailes, socarrón, al que uno regresa siempre
que puede para tararear ese glorioso tema con la voz ronca de Lee
Marvin. y seguro que está bien el
musical, dejándose uno llevar
por los nombres de los actores protagonistas. La
película fue un fracaso de
taquilla, pero en cambio su canción le ganó al Let
it be de los Beatles en las
listas del Billboard durante
varias semanas, cumpliéndose
una de las cosas que a veces es
el cine: que es mucho más importante la banda sonora que el propio
celuloide. Cuando se hizo la película del musical que
pasó por Broadway sin
demasiado éxito, Lee Marvin
asumió el papel del buscador
de oro
borrachín Ben Rumson. Sin ser
un cantante natural, Marvin, sin embargo, cantó todas sus canciones
en la película, rechazando la idea de imitar la voz de otro cantante
haciendo play-back, por lo que
esta película es obra y gracia
de Lee Marvin, al que se adora su truhán y egoísta, pero de gran
corazón, personaje, alguien
que vive al día, hasta que entiende que donde vive ya no es su
sitio. Esta historia de buscadores de oro, que nos habla de
personajes deambulantes que no tienen destino prefijado y que caminan
con el único objetivo de no permanecer quietos en el mismo sitio o
de emprender una huida sin fin para eludir algo que les hiere, sea
amor, sea familia, sea trabajo ("...home is made for coming from, for dreams of going to..."), …, sirve de trasfondo para ofrecer
una interpretación genial de alguien que no es cantante sino actor,
eso sí, de los grandes, del mundo del celuloide de todos los
tiempos. Su voz es inimitable y destaca sobre el coro de Roger
Wagner, de más de cien intérpretes, que le acompañó. El tema, que
supuso un éxito que trascendió de la esfera del séptimo arte,
contribuyó en importante medida a regenerar los géneros del musical
y del western, que atravesaban a finales de los sesenta un período
de cierta decadencia. En España fue muy famosa la interpretación
que hizo
el cantante catalán José
Guardiola
con el título ‘Estrella
errante’.
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