martes, 27 de septiembre de 2022

Romance... ¿anónimo?



El concertista de Lorca, Murcia,
Narciso García Yepes, más conocido sólo como Narciso Yepes, después de que él mismo, cuando comenzó su actividad profesional, se despojó de su primer apellido, García, ha sido uno de los grandes maestros de la guitarra española de todos los tiempos. Introdujo novedosas técnicas interpretativas, y es el solista que más veces interpretó el "Concierto de Aranjuez" del maestro Joaquín Rodrigo, desde que en 1947 actuara acompañado por la Orquesta de Cámara de Madrid dirigida por Ataúlfo Argenta. Cuando lo grabó en 1954 fue el disco clásico más vendido hasta entonces con esa versión. Pero uno de sus mayores logros fue la creación de la guitarra de diez cuerdas Las dudas del maestro de Lorca sobre las posibilidades técnicas de la guitarra le llevaron a una profunda investigación desde la vihuela arábigo-andaluza y sus antecedentes, hasta la guitarra actual y, tras muchos años de búsqueda, llegó a la conclusión de que al instrumento tradicional le faltaban cuatro cuerdas para que sonase toda la escala y tuviese sus armónicos naturales. Siendo ya un instrumentista de prestigio, recibió el encargo del director cinematográfico francés René Clément de una banda sonora para la película Jeux Interdits (Juegos Prohibidos), que más tarde ganaría la Palma de Oro del Festival de Cannes. Romance Anónimo, como se llamaba el tema central de la composición de Yepes, dio la vuelta al mundo y se convirtió en una de las piezas más escuchadas dentro de la música de cine, y de referencia (y pesadilla, doy fe) para los esforzados alumnos de guitarra. Pero, ¿anónimo?. Su autoría parece un misterio a juzgar por las sombras que existen acerca de su creación; el propio Narciso Yepes siempre se remitía a la naturaleza del título: el anonimato del romance. Cuando se estrenó el mencionado filme y editado el disco con tal banda sonora, el maestro figuró como adaptador musical e intérprete. De eso, de lo de intérprete, no hay duda alguna. Por entonces se divulgó que había encontrado la partitura de un antiguo romance, de autor desconocido, que requería la vihuela como instrumento. Pero mencionado el embrollo que rodea a la universal pieza, se puede decir ahora tajantemente que Narciso Yepes fue el autor de "Romance anónimo"; su hijo Ignacio, director de orquesta, fallecido ya el maestro, confesó a algunos de sus íntimos que, efectivamente, no había dudas sobre quién creó esa composición. Lo asombroso, según añadió Ignacio, es que su padre lo compuso ¡a los seis años de edad!, y dedicó a su madre esa pieza que, andando el tiempo, iba a dar la vuelta al mundo, interpretada por los más grandes solistas de guitarra y las más relevantes orquestas. Cuando murió el maestro, también su viuda hizo unas declaraciones a una cadena de televisión japonesa y allí se reafirmó en que su marido era el autor del Romance, del "Romance de Juegos Prohibidos" o del "Romance anónimo", que es lo mismo. De hecho, el propio Narciso Yepes, en entrevista concedida en 1982 a Fernando Argenta, de credibilidad no cuestionada, confesaba que sí, que él era el autor del tan traído y llevado "Romance anónimo". Pero las preguntas que cualquiera podría formularse, serían ¿y por qué esperó tanto tiempo, desde 1954 nada menos, fecha de la película, para decirlo? ¿por qué nunca registró la obra en la Sociedad General de Autores? Un misterio que él nunca quiso desvelar. Tan sólo aparece anotado en su condición de adaptador e intérprete de la banda sonora de la película de René Clément. Con aquella decisión, Narciso Yepes y ahora su familia podrían haberse convertido en millonarios.

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