En 1966 se dio a conocer una de las melodías más bellas de la historia de la música pop en las voces del quinteto californiano Beach Boys. Se trata de "Good vibrations", cuya gestación tuvo un montón de problemas que, seguramente, merecieron la pena, al comprobar que, más de medio siglo después, cuando se revisan las canciones de aquella época, es una de las que el tiempo no ha borrado de la memoria de millones de oyentes. "Una sinfonía de bolsillo", la definió su autor, Brian Wilson. The Beach Boys es considerado el grupo más representativo del estilo de vida californiano y de la música y cultura “surf“ de los años 60; sus singulares arreglos de guitarra, unas armonías vocales perfectas y un sonido característico basado en el surf-rock y el pop eran sus señas inconfundibles. Sin embargo, y contra todo pronóstico, en plena cresta de la ola, decidieron dar un golpe de timón pasándose con igual éxito al pop psicodélico del que forma parte Good vibrations. El rock, que tanta importancia tuvo en el decenio anterior entre la juventud, atravesaba una época inestable por los cambios constantes de la sociedad y los acontecimientos socio-políticos. La guerra de Vietnam acarreó, entre otras cosas, una protesta generalizada entre la población norteamericana. Los jóvenes manifestaban airadamente su oposición al conflicto y acabaron abrazando el pacifismo reuniéndose en comunas en San Francisco, proclamando el amor libre, envueltos entre nubes y sueños bajo los efectos de las drogas psicodélicas. "Haz el amor y no la guerra", decían al unísono. Ese movimiento dio paso a un proceso creativo de canciones inspiradas en tales sentimientos y proclamas. Conscientes de esa problemática bélica y la respuesta de gran parte de las nuevas generaciones, los Beach Boys se afanaron en componer un repertorio afín, en cierto modo creemos que pionero, cuya influencia posterior fue evidente en conjuntos como Queen, Abba, Ramones y Elton John, que bebieron en las fuentes del quinteto norteamericano. Los Beach Boys rivalizaron en popularidad con Los Beatles, desarrollando un género denominado surf rock y también pop psicodélico. La canción Good vibrations estuvo durante un tiempo censurada en España por “su sentido totalmente erótico, en el que se subliman las excitaciones sexuales. Esta letra pertenece a los ambientes de los grupos USA drogadictos del lumpen: los HIP -hippies- cuya filosofía está basada en el sexo. La acción sexual según sus efectos determina la bondad o maldad de la acción. De ahí que esta subclase USA que está tratando de cambiar radicalmente la moralidad se haya convertido en una amenaza social. La letra habla de ‘Good Vibrations’ -buenas vibraciones- frente a ‘Bad Vibrations’ -malas vibraciones-, que equivale a los actos sexuales. Esta filosofía no es conocida por el público español, pero aún y todo, si se tiene en cuenta que el disco es para la juventud y que está en un inglés que se entiende demasiado fácil la letra, y que psicológicamente las vibrations se asocian inmediatamente al orgasmo, creo que daría pie a muchísimos jóvenes a bailar por parecer graciosos en forma procaz. Considero, además, que su autorización induciría a las revistas de tipo musical a ofrecer la letra en castellano. Por todo ello, considero que no debe autorizarse”. Por fortuna enseguida se impuso la cordura y, a tenor de referencias posteriores, nada más lejos de la realidad lo atribuido por el censor. En su libro biográfico «I just wasn’t made for these times» publicado en 1995, Brian Wilson, uno de los tres hermanos Wilson que formaban parte de The Beach Boys, menciona que la génesis del título «Good Vibrations» viene de un comentario de su madre sobre los perros cuando eran niños. Les explicó que “los perros captan las vibraciones humanas y reaccionan según que reciban, siendo el ladrido una respuesta a una mala vibración”. Esas palabras siempre estuvieron rondando la mente de Brian, autor de la canción, que se dedicó a indagar sobre la idea general de las vibraciones y llegó a la conclusión de que las personas pueden hacer lo mismo, pero en este caso con las emociones. En el mundo del espectáculo hay por lo común luces y sombras y aquellos chicos bien peinados, vestidos deportivamente con elegantes cazadoras, que tan felices hicieron a sus generación con sus canciones, resulta que acarreaban un drama íntimo familiar y serios problemas de adicciones. Mejor que los sigamos recordando con sus "Good vibrations".
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