martes, 16 de enero de 2024

Corazón de oro.



En este mundo, en cualquier época presente o pasada, es más sencillo seguir lo que marcan las grandes tendencias, es más fácil vivir si sólo consumes los productos culturales que te reafirman en tus ideas previas, se es más feliz si no sales de los límites que conforman tus verdades y las de quienes te rodean, esa es la existencia de la mayoría de las personas. Pero para poderse realizar completamente sólo podemos creer en una cosa, la duda; sólo podemos admitir una imposición, la de ver todo desde al menos varias perspectivas; sólo podemos estar seguros de nuestras ideas en una ocasión, cuando hemos cambiado las que teníamos porque se nos demuestra que no eran acertadas. Esto para un artista es muy complicado porque depende del favor del público para tener éxito y por eso muchos se prostituyen con las modas del momento, con la ideología dominante, y por eso uno de los principales males de nuestro tiempo es la desesperación en la que se ven sumidas muchas personas porque no ven cumplidos sus sueños ni alcanzadas sus metas; posiblemente una de las causas es que nos ponemos unos objetivos imposibles, pero pensamos que la principal es no darse cuenta que lo que de verdad importa en la vida es el camino, que todas las etapas en sí mismas son hitos memorables que nos definen, que no hay mayor desgracia que lamentarse por el 1% no conseguido y desdeñar el otro 99% ganado. Y de esa búsqueda trata esta canción. La letra, para muchos, es la quintaesencia de la sensibilidad y para otros está llena de presuntuosidad. En ella se nos narra la búsqueda del corazón de oro por todos los lugares, que puede ser un ideal o una persona, y se lamenta que todavía no lo ha encontrado y sus fuerzas flaquean porque se está haciendo viejo, pero sigue buscando. Es una suave balada en la que tras las notas de la guitarra, el bajo y la batería surge la armónica tan característica del artista del Canadá. Su voz escasa y aguda desgrana estos versos de desencanto con una emotividad enorme. De fondo escuchamos la pedal steel guitar. Los coros los hacen dos “desconocidos” llamados Linda Ronstadt y James Taylor, todo ello en su original grabado, no en la versión en vivo que recordamos, con sólo la guitarra y la armónica. Neil Young nace en Toronto (Canadá), de niño se le diagnostica diabetes y se contagia de la poliomielitis provocándole prolongados periodos de convalecencia que hace que se vuelque en la música. Tras la separación de sus padres marcha con su madre a un barrio obrero de Winnipeg donde forma su primera banda tras cuya disolución estará brevemente en el supergrupo Crosby, Stills, Nash & Young, al tiempo había ido grabando discos en solitario y es con Harvest, con el que alcanza su mayor éxito, siendo este Heart Of Gold su único número uno en las listas. El ritmo frenético de las giras y la muerte de personas allegadas por sobredosis le sumen en la depresión que combate con alcohol y drogas. Muchos lo han considerado uno de los referentes del grunge y él no ha renegado de ello. Sus problemas de salud le fueron relegando a trabajos de estudio, pero recientemente ha vuelto con fuerza a sus giras y a defender sus posiciones políticas de lucha contra los poderes fácticos y en defensa del medioambiente y el pacifismo, por lo que gente como él es tan admirable, porque cuando todo el mundo le decía que el punk era lo mejor él supo componer esta canción que es un himno a lo que era su trayectoria tanto folk como rock. Ojalá cualquiera de nosotros pueda echar la vista atrás y poder ver la mitad de coherencia, porque entonces sabremos que no nos hemos vendido por 30 monedas.


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