Estamos en Roma, en el año 1700. Arcangelo Corelli (1653-1713), un violinista que llegó de Bologna y que fue poco a poco ganando fama como intérprete en la Roma de los grandes mecenas, era el primer violín de la orquesta del cardenal Ottoboni, sobrino del Papa Alejandro VIII, que vivía como sirviente en el Palazzo della Cancelleria. Los cardenales romanos rivalizaban en mostrar su poder con conciertos privados llamados Accademie y, en el palacio de la cancillería, estas academias-conciertos solían ser los lunes por la tarde. Aquí seguramente es donde se estrenaría la obra que hoy vamos a recordar, la sonata Op. 5 nº 12, que en realidad no es más que una serie de variaciones sobre «La follia». Esencialmente, la forma más habitual de la música de cámara en la época barroca es la sonata, generalizando, música puramente instrumental. Nada tiene que ver una sonata de Mozart (que no es barroco) con las sonatas de Corelli. De hecho, muchas veces a las sonatas se les llama sinfonias, o tocattas, o invenciones. Aún no había habido una estandarización de términos. Corelli, que como compositor del cardenal, tenía en cierta medida la obligación de componer música para las accademie, compuso un grupo de doce sonatas que llevaron el numero de Op. 5 (en la época era una moda componer obras en grupos de seis o doce, así se compusieron grandes obras como los seis conciertos de Brandeburgo de Bach, o los 12 conciertos de l’Estro Armonico de Vivaldi, o las 12 sinfonías de Londres de Haydn). Corelli es el primer compositor en la historia de la música famoso solamente por sus composiciones instrumentales y no operísticas y el primero en producir obras que se consideraron como «clásicos» y que se seguirían tocando y estudiando mucho después de su muerte y de que su estilo quedara pasado de moda. Normalmente las sonatas corellianas tienen 4 movimientos, con alternancia lento-rápido-lento-rápido. La sonata número 12, La Follia, en cambio, es excepcional tanto formalmente como por número de movimientos. La folía (follia significa locura en italiano) no es una sonata como las demás. Sólo tiene un movimiento y en realidad, es un tema con variaciones sobre una melodía que se conocía en Europa desde el siglo XIV, y que por lo que se ve, tiene sus raíces en Portugal. También se ha dicho que era de procedencia española, ya que el ritmo que tiene recuerda al de una sarabanda, que era una danza de origen español. La Folía es, probablemente, la composición musical europea más antigua de la que se tiene noticia, un tema musical que surge durante el Renacimiento, e incluso antes, en la Edad Media, aunque es durante el Barroco cuando tiene mayor relevancia y alcanza su plenitud. Cuando el griego Vangelis compuso la banda sonora de la película de Ridley Scott 1492 la conquista del Paraíso se basó en ella. Pero, ¿qué es exactamente la folía? Se trata de una danza que fue de lo popular a la corte; en el diccionario de Covarrubias de 1611 se nos dice que es una danza portuguesa. No obstante, sus orígenes son difíciles de situar, aunque sí está claro que procede de la Península Ibérica. De hecho, más tarde se la conocerá como la folía de España y, además, la folía era una danza que se bailaba mucho en la Castilla del siglo de Oro, e incluso tenía connotaciones relativas a cuestiones de fertilidad.
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