Más de ochenta años después de su composición, Over the Rainbow es la canción más
versionada de la historia, parte de la banda sonora de la
humanidad. Su melodía y su letra suenan trágicas a la vez que
optimistas y pueden acompañar momentos tristes o momentos alegres;
su
metáfora sencilla e inmediata, fantasear con lo que hay más allá
del arcoíris (un fenómeno atmosférico científico que parece
mágico, tan innegable como inalcanzable), conecta con cualquier ser
humano; por eso lleva décadas ocupando un espacio a medio camino
entre lo mitológico y lo visceral en la cultura pop. Y, además,
Over the Rainbow
condensa la existencia de su intérprete: Judy Garland la cantó por
primera vez a los 17 años en la
película El mago de Oz
y vería su vida marcada por esa canción; nadie
ha escrito jamás sobre Garland sin recurrir a alguna estrofa de la
canción, la propia Garland
exclamó en una ocasión: "Si
soy una leyenda, ¿por qué estoy tan sola?".
En
los años 30, cuando una adolescente Frances Ethel Gumm salió del
capullo para mutar en Judy Garland,
las divas del Hollywood clásico eran
idolatradas y ridiculizadas como extravagantes criaturas consumidas
por su arrogancia, déspotas con todos los que las rodeaban y
obsesionadas con una fama que solo les daba disgustos y
Judy Garland murió sin comprender del todo por qué Hollywood (y,
por extensión, su público) la había abandonado. Judy Garland fue
moldeada como "la chica de al lado", convertida
en la compañera asexuada de Mickey Rooney. Desde los 13 años
Garland sufrió una dieta impuesta por la Metro basada en sopa,
lechuga, 80 cigarrillos diarios para reprimir su apetito, anfetaminas
para trabajar y barbitúricos para dormir. A los 14 años un
ejecutivo la definió (con ella delante) como "una
pequeña cerda con coletas";
mientras estudiaba cómo pulir su imagen, el presidente del estudio,
Louis B. Meyer, la llamaba cariñosamente "mi
pequeña jorobada"; y
a los 15 años el productor de La
melodía de Broadway 1938
le recriminó que parecía un monstruo bailando. Por eso cuando cantó
Over the Rainbow
conectó con el sistema nervioso central de todos los espectadores.
Porque su voz amarga y visceral sonaba más a Edith Piaf que a la
perfección técnica
y lírica de las actrices de la época, pero Hollywood se aseguró de
que Frances Ethel Gumm nunca fuera consciente del talento
sobrenatural que Judy Garland tenía, porque
la necesitaban insegura y
dependiente. A los 19 años se casó con David Rose, a los 20 se
sometió a un aborto y a los 21 se divorciaron. Dos años después se
casó con Vicente Minelli, su director en Cita
en Saint Louis, con quien
tuvo una hija (Liza) . En 1947, con 25 años, sufrió una crisis
nerviosa y fue internada en un psiquiátrico, donde intentó
suicidarse rajándose las muñecas. Enferma por una adicción a los
somníferos, al alcohol y a la morfina y sometida a tratamientos de
electroshock para superar la depresión, Garland dio tumbos
profesionales al llegar tarde o no llegar nunca a los rodajes y
finalmente fue despedida por la Metro-Goldwyn-Meyer mientras se
recuperaba de su segundo intento de suicidio. Sin trabajo y
arruinada, Judy Garland recurrió a las giras de conciertos y los
especiales radiofónicos: no había cumplido 30 años y ya era una
vieja gloria. En 47 años a Judy Garland le dio tiempo a ser una
mujer, una actriz, una estrella y un icono. Y cada vez que se
transformaba en su siguiente rol, se veía obligada a dejar atrás a
los anteriores. El 27 de junio de 1969 Judy Garland falleció por una
sobredosis accidental de barbitúricos. Como sucede con todos los
mitos, diversas teorías rodearon su muerte. La cultura pop, experta
en convertir las casualidades en canon histórico, relacionó
directamente su muerte con el nacimiento del Orgullo Gay (el 28 de
junio) y ese arcoíris se convertiría en el símbolo de la lucha por
la igualdad. La existencia de aquellas mujeres quedará dignificada
al devolverlas a su condición de seres humanos, tras décadas de ser
solo mitos analizados en tercera persona. "Odio
el sol", confesó
Garland poco antes de morir, "Quería
creer, e hice todo lo que pude por creer en ese arcoíris que soñaba
con recorrer. Pero no pude. Qué se le va a hacer".
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