Desde este mismo sitio nos hemos hecho eco de la necesidad de estudiar la actual Ley hipotecaria para adaptarla a unos tiempos que, lo queramos o no, son diferentes de aquellos en los que se promulgó. También hemos lamentado la situación de quienes se ven privados a la vez de ingresos y de casa,descubriendo que, aún así, deben responder de un crédito que sigue vigente, entre otras cosas por la aplicación (legal, no lo olvidemos) de esa Ley.
Es por eso que es loable la búsqueda de caminos para ayudar a esas personas a la vez que se promueve la modificación de la Ley. Pero no todos los caminos valen. No basta con criminalizar a las entidades financieras que, admitiendo que han hecho auténticas barbaridades en tiempos cercanos de alegría financiera en los que "todo iba bien", aplican escrupulosamente la Normativa y, desde luego, son las primeras interesadas en llegar a acuerdos con los clientes para recuperar sus fondos. También sería conveniente, aunque no es propósito de esta entrada, hacer un examen de conciencia colectivo y asumir que, en muchas ocasiones, una (en principio legitima) ambición humana ha hecho olvidar el más elemental sentido de la prudencia y ha provocado que muchas familias se embarcaran en aventuras que, ya cuando se iniciaron, se veía que no podían acabar bien.
Justamente por esa complejidad del problema, es terreno abonado para la eclosión de "buenos samaritanos" que se aprovechan de la buena fe y la desesperación de los afectados para iniciar acciones puramente demagógicas que, eso sí, se apresuran en divulgar por la Red, con el único y exclusivo fin de levantar polvareda mediática. La última de estas acciones de la que me ha llegado noticia es la filmación a través de un teléfono con sistema android y su inmediata divulgación en Internet (no son supuestos, son trazos del propio video) de una acción intimidatoria de acoso a un empleado de una entidad financiera, en la que una voz en off con altavoz lanza "mensajes" de manual mientras graba la coacción al empleado responsabilizándolo prácticamente de la situación del cliente en problemas.
Unas preguntas al hilo del video:
- ¿Es legal el allanamiento tumultuoso del local de una empresa privada?
- ¿Es legal tomar y grabar imágenes de una persona DENTRO de su local de trabajo?
- ¿Es legal difundir esas imágenes?
- ¿De verdad creen ayudar o buscan ese "minuto de gloria" de la grabación? ¿De veras creen que un empleado de una entidad puede hacer algo más que trasladar una petición, cosa que, por cierto, hará aunque la voz en off no se lo exija de forma conminatoria?
- ¿Han pensado que, en el supuesto de que consigan por esos métodos alguna cosa más que el rechazo de la mayoría, la forma de obtenerlos anula su eficacia y que, entonces, la situación del deudor puede empeorar "gracias" a ustedes?
Hay muchas más preguntas y material para hacer un estudio sicológico de la situación, pero, volviendo al principio y sin dar más protagonismo del indispensable, es urgente hallar soluciones al problema para, por un lado, establecer una legislación justa, dar solución a situaciones personales muy difíciles y.... cerrar el paso a demagogos que, además, engañan a los afectados y los utilizan haciéndoles tomar caminos erróneos.
Cabe recordar que otras organizaciones, sin ruido mediático ni acciones insensatas como la relacionada, están consiguendo mucho más que los voceros. A ellas sí hay que aplaudir.
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