Si embargo, dos noticias inconexas llevan a una reflexión doméstica: por un lado, en una crónica sobre la reciente película de Nanni Moretti "Habemus Papam", Gregorio Morán, su autor, deja caer como al descuido que la película es "... lo contrario del berlusconismo, tan de capa caída hoy pero tan promocionado hace poco tiempo..."
Por otro lado, el mismo día se publica una entrevista de Lucia Magi al Nobel italiano Darío Fo en la que, entre otras cosas, define al personaje como "...un maestro del doble juego, un estafador nato, que no puede evitar tender trampas....Si le dejas tiempo, se sale con la suya y te monta el juego de las tres cartas." Más adelante afirma que "....ha ido agarrándose a todo lo que podía: mintió a Europa, .... está tan embebido de falsedad que falsificaría la realidad hasta frente a Dios.... y de repente no es nada mas que un personaje vacío de todo poder"
Es triste caer en la cuenta, pero el modelo Berlusconi, absolutamente promocionado por algunos "empresarios de éxito" ha presidido muchas direcciones generales de empresas en nuestro país, que en su día fueron punteras y que se habían mantenido en la cresta de la ola cuando el viento era favorable, pero que, como nuestro protagonista hoy, bastó la brisa en el cogote de la realidad de los mercados para sacar a la luz la miseria que presidía sus actuaciones. Y aquí va desde los obscenos "sálvese quien pueda" de arribistas de entidades intervenidas hasta la soterrada actividad de otros que han tomado como ejemplo la actitud berlusconiana para engañar, estafar y hundir empresas que eran dignas a pesar de ellos.
Otro día sera el adecuado para valorar el impacto real de tales actitudes en la dimensión de la crisis.
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