miércoles, 16 de noviembre de 2011

Las soluciones al índice de paro

Inmersos como estamos en campaña electoral, si la vorágine nos lo permite, es justamente el momento de estudiar cómo abordan las diferentes opciones políticas problemas comunes.
No cabe duda que uno, si no el principal, por la premura de hallar y aplicar soluciones, es el del paro que azota la economía de una parte importante de ciudadanos y la estabilidad de los propios ciudadanos y del sistema. De entrada, se impone una reflexión seria acerca de los motivos que hacen que dentro de un similar entorno económico se produzcan diferencias abismales en las cifras del desempleo; es difícil entender que en España se contabilice más de un 20 % de paro mientras que en la encarnación de todos los males que es Grecia sea algo más del 15 % o en la rescatada Portugal poco más del 10 % (ni comparación con Alemania, con un 6 % u Holanda con menos del 5 %, todos ellos, como se ve, bajo la disciplina (?) del euro.
Parece evidente que las causa, más allá de la herencia de las "alegrías" del ladrillo y similares, son estructurales y, seguramente, por lo mismo, de miopía política en el diseño de políticas económicas cuando España "iba bien".
Y aquí empieza la preocupación: analizando las soluciones propuestas por los diferentes partidos para afrontar el problema, se observa que los puntos de coincidencia entre uno y otro son mínimos, de forma que, para contentar a su parroquia, unos hacen hincapié en soluciones que aparentemente son más favorables al empresario, otros a los trabajadores, otros al propio sistema establecido, otros a la ruptura de ese sistema...
La campaña acabará con la elección de un color político que será el encargado de formar un gobierno que deberá aplicar la medicina necesaria, como es natural y, en ese momento, es fundamental que esa formación política piense que eso de "gobernar para todos" es más que un slogan y que su objetivo no es aniquilar al rival, sino solucionar los problemas que afectan al afín, pero también al contrario.

 
Hay ejemplos recientes de otros países que demuestran que la salida al túnel pasa frecuentemente por arrimar el hombro de verdad olvidando dogmas y haciendo realidad eso que se usa como latiguillo en todas las campañas, que es el luchar por el bienestar de todos, ojalá que con el aprovechamiento de las buenas ideas de todos.

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