La canción que hoy traemos al blog es una de tantas de las que la siempre genial y recientemente desaparecida Tina Turner se apropió haciendo que muchos a día de hoy piensen que es suya cuando es de la Creedence Clearwater Revival (en recuerdo de un amigo de John Fogerty llamado Creedence y Clearwater una marca de cerveza; lo completaron con la palabra Revival -renovación, resurgimiento- porque esa era su gran aspiración). Los sureños, como los de Bilbao, nacen donde les da la gana, y si todos estos mocetones de la banda que parecen salidos de uno de esos pueblos de la Luisiana profunda que vemos en la tele, en realidad son oriundos de la liberal y soleada California. Creedence Clearwater Revival se funda en 1967 y fueron unos de los principales impulsores del roots rock que se alejaba de la complejidad del rock progresivo del momento y que abogaba por el rock original con canciones más sencillas con presencia de elementos de la música tradicional americana. Tras volver varios de sus componentes de cumplir el servicio militar, consiguen su primer éxito con una versión psicodélica de Suzi Q (que sería empleada en la banda sonora de la película Apocalipse now) que consigue llegar al Top 20. En 1969 lanzan su segundo LP, Bayou Country, se marchan a Nueva Orleans donde exploran toda la música de Luisiana y componen temas como la presente Proud Mary que llegaría al número 2 de las listas americanas. En su siguiente disco de ese mismo año, Green River, nos encontramos con otro de sus temas más conocidos como Bad Moon Rising. Y la racha de grandes canciones la continúan en ese mágico 1969 con el disco Willy And The Poor Boys con temazos como Down On The Corner o Fortunate Son Hasta ese momento todos habían aceptado que el líder, John Fogerty, era el que tenía el control total de la creación, pero en la grabación de su disco Cosmo’s Factory y la gira posterior el resto de la banda pedirá un poco de cancha, y al negarse este, provocará su salida en 1973 y la decadencia de la banda. La letra de la canción nos habla de las sensaciones que tiene el cantante al bajar desde la ciudad (Nueva York) hacia el sur pasando por Memphis y terminando en la sin par Nueva Orleans. Y es allí donde se encuentra con la esencia sureña reflejada en sus barcos de vapor y en esas gentes generosas; su historia, que en principio puede parecer relacionada con una chica, hace referencia al «Mary Elizabeth», uno de aquellos barcos a vapor (“boat queen”) con grandes ruedas de paletas destinados a navegar desde New Orleans por todo el Mississippi. “Proud Mary” es una canción mezcla de rock, country, blues, e incluso gospel, el estilo característico de Creedence, por lo que la música empieza con esas guitaras al estilo de rock sureño con el bajo poderoso y la batería mandando. El ritmo nos recuerda las paladas de las grandes ruedas de paletas con las que se mueven los barcos de vapor fluviales del Mississippi. De lo que no cabe duda es que “Proud Mary” fue una canción de impacto inmediato y global. Su éxito fue tal que hasta el gran Bob Dylan la consideró la mejor canción del año. Solo en 1969, cuando Creedence Clearwater Revival lanzó el single, se hicieron 35 versiones. Desde entonces hasta hoy superan las 100, siendo quizás la más célebre la interpretada por Ike & Tina Turner en 1971. Cuando se escucha “Proud Mary” o cualquiera de los “clásicos” de Creedence Clearwater Revival enseguida se puede imaginar cruzar EEUU de costa a costa tomando cualquier desviación a la famosa Ruta 66 que discurría desde Chicago (Illinois), a través de Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California, hasta finalizar en Los Ángeles, y confluyen guitarras, el blues, el country, el soul y hasta el folk. Pocos grupos pueden presumir de tener una carrera tan corta, pero al tiempo tan plagada de éxitos. Como decía Bruce Springsteen para la revista Rolling Stone: «A finales de los sesenta y los primeros setenta, The Creedence no era la banda más hippie del mundo… era la mejor». “Proud Mary” siempre será uno de los temas emblemáticos de los 60. Por mucho que pase el tiempo seguirá en lo más alto. Una canción indispensable en cualquier archivo de clásicos.
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