sábado, 11 de mayo de 2024

De reggae...



Aprovechando que hoy,
11 de mayo, hace 43 años que murió Robert Nesta Marley y que este 2024 hace 50 años que se publicó No, woman, no cry, repasemos: Bob Marley, en su nombre artístico, es la figura más reconocible y probablemente la más destacada del reggae, un estilo musical característico de Jamaica que hunde sus raíces en el rocksteady, otro género jamaicano, sucesor del ska, que se desarrolló en esta isla; la edad dorada del reggae fueron los años setenta, cuando la banda The Wailers hizo valer su hegemonía y, de algún modo, sentó las bases de lo que acabaría siendo este estilo, en el que confluyeron las tradiciones musicales jamaicanas y sonidos procedentes de los Estados Unidos, como el soul, el R&B o el jazz con canciones conocidas, entre ellas “No Woman No Cry”, tal vez la más emblemática de todas y la que acabó por consolidar la legenda de Bob Marley, un músico que, como tantos otros, falleció joven, a los treinta y seis años, víctima de un cáncer. “No Woman No Cry” probablemente fue escrita por Bob Marley, en 1968, pensando en su esposa Rita, una manera de disculparse (o tal vez no) por sus continuas y escandalosas infidelidades, algo que dejó bien claro la propia Rita Marley en su libro “No Woman No Cry” (2004), en el que describe al que fuera su marido como una persona miserable, violenta y machista, que incluso fue capaz de engendrar a uno de los hijos que tuvo con ella tras un acto de violación. A pesar de que probablemente fue Bob Marley el autor de esta canción, está acreditada a Vincent Ford, un amigo que le enseñó a tocar la guitarra y se ocupó de él cuando era un chaval, pobre y prácticamente desamparado, que solía comer en el comedor social donde Vincent trabajaba de cocinero; aunque nunca ha sido definitivamente confirmado, parece que Bob Marley le cedió los derechos de autor en agradecimiento por aquellos difíciles años. El cantante y compositor jamaicano nació en 1945, siendo su infancia nada fácil al no tener casi contacto con su padre de raza blanca y ser atacado por los demás niños por ser mulato. Desde muy joven la música se convertirá en su pasión, y mientras trabajaba duro en una fundición, asistió a varias audiciones. Su madre le convence para que se mude a EE.UU. por lo que no pudo asistir a la visita del emperador etíope Hailè Selassiè que había hecho renacer el movimiento rastafari entre la población jamaicana, pero a su regreso se convertirá en uno de los mayores propagandistas de este fenómeno social y religioso. Funda The Wailers y se convierten en ídolos en Jamaica, sus actuaciones serán acontecimientos políticos dada la contundencia de denuncia de sus letras. Para calmar la tensión decide hacer un concierto gratuito en el Parque de los Héroes Nacionales de Kingston, pero dos días antes será tiroteado en su casa junto a su mujer y su manager. Aun así él actuará en el día señalado, pero se exilia a Londres. En 1977 se le descubre un melanoma pero decide no tratarse para poder seguir cantando. La canción mezcla los recuerdos de su juventud donde veían a los hipócritas del gobierno mezclarse con la gente mientras ellos pasaban la noche juntos compartiendo gachas de maíz. Ahora muchos amigos ya no están y él se tiene que ir pero le pide a su mujer que no llore por él porque juntos van hacia un gran futuro pero sin olvidar el pasado y sabiendo que todo va a ir bien. Esta canción es una típica muestra de reggae con los teclados, la percusión y el bajo mandando y que dan paso a la voz personalísima del cantante acompañado por los coros femeninos.

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