miércoles, 8 de mayo de 2024

Un musical shakesperiano.



Desde su estreno en 1957, West Side Story se ha convertido en uno de los musicales de Broadway más populares y en una de las películas musicales más veneradas de todos los tiempos. Es un recuento de la historia de Romeo y Julieta, ambientada en el Nueva York de los años 50. En lugar de Montescos y Capuletos, las familias rivales en esta historia son los Sharks y los Jets. Nos encontramos en el West Side de Nueva York, un barrio marginal, donde se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los «sharks», que son puertorriqueños, y los «jets», de ascendencia europea; cuando Arthur Laurents y Leonard Bernstein leyeron las últimas noticias sobre una oleada de enfrentamientos entre bandas portorriqueñas y blancas en Nueva York, coincidieron en que ante la rabiosa actualidad de tal ola de xenofobia, las diferencias entre judíos y cristianos empalidecían hasta desaparecer. El jefe de los portorriqueños es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea. La historia poco tiene que ver con lo que en un principio debía ser, excepto su idea base: un Romeo y Julieta adaptado a las circunstancias modernas de la vida en las grandes urbes. A Leonard Bernstein la idea le pareció buena sobre todo cuando se le habló de unos Capuleto judíos enfrentados a unos Montesco de religión católica, mientras que Fray Lorenzo sería el boticario de la esquina de su calle, por las posibilidades que estas características étnicas iban a brindar a su música. Para el compositor, además, la posibilidad de trabajar sobre ritmos latinoamericanos le resultaba doblemente sugestiva, le convenía a su sentido innato de la orquestación con instrumentos tropicales. Un poco de spoiler: en un esfuerzo por hacer la paz entre las bandas rivales, se reúnen: Tony, uno de los Jets, y María, la hermosa chica puertorriqueña. El momento mágico de su encuentro es recordado cuando Tony canta "María" (aquí recordada en la versión sinfónica, cantada por Josep Carreras por exigencia de Bernstein). Al día siguiente, Tony visita a María en la tienda de vestidos donde trabaja y ella le hace prometer que detendrá la pelea entre su banda y la de su hermano; en la canción "Tonight", Tony y María cantan sobre su amor, mientras que otras líneas de la historia se cruzan, incluyendo la próxima pelea programada entre las bandas rivales. Esa noche, cuando la pelea está a punto de comenzar, Tony se apresura a entrar y les ruega que paren, como le ha prometido a María. El hermano de María, Bernardo, que está furioso porque Tony se interesa por su hermana, lo empuja furiosamente. De repente aparecen los cuchillos, y el amigo de Tony, Riff y Bernardo comienzan a luchar, Riff es asesinado, y Tony, agarrando su arma, a su vez mata a Bernardo. Mientras tanto, María se prepara felizmente para estar con Tony cuando se entera de la noticia y Tony ya ha subido por la escalera de incendios a la habitación de María. Mientras se aferran desesperadamente el uno al otro, imaginan un lugar donde puedan estar libres de prejuicios ("Somewhere"). María y Tony se ven en la oscuridad y, cuando van abrazarse, aparece Chino (antiguo pretendiente de María) con su pistola y dispara sobre Tony, que muere en brazos de María. Las dos pandillas en silencio, recogen juntas el cadáver. Un final dramático y bello a la vez en una historia de amor que perdurará para siempre. Lo que hacía que la historia y la acción de West Side Story fueran especialmente atractivas era que la obra estaba impulsada por la danza: cuerpos en movimiento, relacionándose entre sí, en lugar de cuerpos en reposo cantando en el vacío, en lugar de glamour ofrecía la vida de pobreza de las bandas callejeras puertorriqueñas, y no concluía con el romance y el cliché de vivir felices para siempre sino con la muerte violenta del personaje masculino principal. Aunque se inspiraba deliberadamente en Romeo y Julieta, prescindía del ingenio, la gentileza y el ceremonial del drama shakesperiano... Era sui generis, una dura balada de la ciudad, tensa, nerviosa y encendida, las melodías ahogadas con aprensión, los ritmos salvajes, rápidos y mortales. West Side Story prescindió de los encantos familiares del teatro musical y se basó únicamente en el talento y la convicción artística. Lo que permanece por encima de todo es la música de Leonard Bernstein -jazzy, latinoamericana, sinfónica, balletística por turnos- que llevó a la popular disposición de estos temas en las Danzas Sinfónicas para orquesta, a pesar de que, hasta el último momento, el compositor tuvo que modificar pasajes de la música para que el precioso trabajo que había realizado no se desvirtuara en la garganta de sus cantantes. .


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