Born
to Be Wild (Nacido para ser salvaje) es una de las
canciones más emblemáticas del rock de todos los tiempos. Editada
el verano de 1968 en el álbum homónimo de la banda Steppenwolf, la
pieza tuvo una buena acogida en el momento de su lanzamiento, pero no
fue hasta un año después, cuando fue elegida como tema principal de
la banda sonora de la película Easy Rider, que se convirtió
en una pieza icónica de toda una generación. La letra está repleta
de referencias al mundo del motor, por lo que no es de extrañar que
Dennis Hopper la escogiera para esta road movie protagonizada por él
mismo y por Peter Fonda en el papel de dos motoristas que van de Los
Ángeles a Nueva Orleans, prácticamente atravesando los Estados
Unidos, y que se financian el viaje traficando con pequeñas dosis de
cocaína (y por Jack Nicholson, en el papel de un abogado alcohólico
que se une a ellos). La canción se convirtió también en el primer
tema musical que utilizaba la expresión heavy metal, concepto que
más adelante se usaría para denominar el hard rock que entonces
empezaba gestarse; el término aparece en la segunda estrofa de la
canción en un verso que recoge la frase «heavy metal thunder»
(trueno de metal pesado) para referirse al ruido del motor de
una moto. Por otro lado, la tuna es una de las instituciones
universitarias más antiguas de la historia, con unos inicios que se
vinculan al de las Universidades de Palencia (1208) y Salamanca
(1220); los originarios tunos eran estudiantes universitarios que
provenían de las clases más humildes y hacían rondallas y
serenatas para amenizar a los presentes a cambio de un plato de sopa.
El término tuna viene de la palabra tunante, que era la forma de
llamar a aquellos que llevaban una vida trasnochadora y alegre. De
hecho, en el Diccionario de la RAE nos referencia a la palabra tunar,
que la describe como «andar vagando en vida libre». Todas las
universidades tienen su tuna y en ellas se puede encontrar una serie
de personajes de lo más pintorescos, repetidores de cursos y otros
muchos personajes que ya hace muchos años dejaron de acudir a la
facultad pero que han convertido su pertenencia a la tuna como un
modo de vida y sustento, y podemos encontrarlos en cualquier tipo de
celebración, cantando por las calles y terrazas de lugares
turísticos, en bodas, despedidas de solteras y en mil y un saraos. Y
¿qué tiene que ver la canción Born to be wild con la tuna?
Pues permitidme que comparta con vosotros una antigua vivencia, con
valor de anécdota, entendiendo ésta tal y como la define la RAE, es
decir, un acontecimiento extraño, curioso o divertido: resulta que
en mi Universidad se hizo un concurso nacional de Tunas
Universitarias y, en la final nos deleitaron con sus interpretaciones
de temas, en su gran mayoría, conocidos, en un repertorio
enriquecido con temas populares españoles, así como pasodobles,
valses, y folclore regional, todo ello acompañados por la guitarra,
la bandurria, el laúd, la pandereta, el pandero y las castañuelas.
La gran sorpresa vino cuando la agrupación ganadora (creo recordar
que fue la Universidad de Alcalá de Henares), como fin de fiesta, se
quitaron las capas (con sus cintas), pero vestidos de tunos de color negro, con su jubón, calzas y bombachos tradicionales, sacaron
de no sé dónde unas guitarras eléctricas y una batería y tocaron
y cantaron aceptablemente, entre otras, Born to be wild, entre
el súbito jolgorio y desenfreno de los asistentes.
Rock duro !!!!!
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