No
conviene olvidar que la música es un arte y que en esto del arte los
dioses son caprichosos y tocan con sus dedos a algunos individuos,
claro
que
si esos individuos no se lo curran, de poco vale la extremidad
divina. Uno de esos predestinados nació en el pueblo balear de Santa
María del Camí (de donde
tomaría el Santamaría de su nombre artístico)
en el seno de una larga familia. Pronto a Lorenzo Roselló Horrach
(que así se llamaba el mozo)
se le despertó la afición por escuchar blues y rock y,
en la isla de Mallorca no
faltaban locales que de cara al turismo anglosajón presentaban este
tipo de música en directo y en disco. En 1965 forma su primer grupo,
después pasará a Los Bríos y en 1967 se enrolaría en el grupo más
rompedor de la isla: Los Z-66. En su momento esta banda sería
considerada como secundaria en el panorama nacional; sin embargo, el
tiempo pone a cada uno en su sitio y hoy día Los Z-66 son
considerados uno de los más grandes grupos de los 60. Lorenzo pronto
lideraría ese conjunto actuando en el verano mallorquín junto a
gigantes de la música como Eric Burdon & The Animals, Wilson
Pickett, etc. Sin hacer de menos a nadie, Lorenzo Santamaría
conforma junto a Miguel Ríos, Bruno Lomas, y el líder de Lone Star,
Pere
Gené, el póker de ases de las voces del viejo rock español. Una
voz personal, llena de fuerza, conjugada con una presencia
ciertamente sexy y atractiva que sabía llenar el escenario hacen que
muchos productores se fijen en él como posible solista. Lorenzo se
debate entonces y se debatirá durante toda su carrera entre cantar
rock que es lo que le satisface o poner sus cualidades al servicio de
la canción melódica, que es lo que de él demanda su discográfica
y la mayor parte de su público. Debuta en solitario con “Canto
al Amor” (que
ahora recordamos) basado en un
tema de la Sinfonía Nº 8 de Franz Schubert. Existía un gran
interés por comprobar la aceptación de este disco ya
que era una incógnita el
comportamiento de Lorenzo
como cantante melódico en solitario, pero
nadie se entera y el mercado menos que nadie de la aparición de una
nueva voz solista, lo que supuso una decepción en toda regla para la
discográfica, que tan fuerte había apostado. Tal vez la oscuridad
de la melodía inicial o el barroquismo de los arreglos jugaron esta
vez a la contra, aunque se le nota cargado de facultades y algo fuera
de sitio, poco acostumbrado a cantar con orquesta y coros. Sin
embargo, el disco siguiente, va
a ser otra cosa y “Rosy”
vende por encima de las cien mil copias. Desde ese momento Lorenzo
Santamaría se va a convertir en frecuente presencia del top 10
nacional de ventas de singles. Las baladas pueden con el rock, al
menos en sus discos, ya que en sus directos prodiga también los
ritmos contundentes y se
saca la espina de tanta canción romántica con “Blue
Jeans”, un tema propio en
el que demuestra lo cañero que puede llegar a ser. Tras un tiempo
por Sudamérica, donde triunfará en toda la línea, regresará a
España. Ya no volverá a tener la resonancia de antaño y cine,
televisión y publicidad constituirán un buen refugio:; será
el protagonista masculino de “Pa d’Àngel”
de Francesc Bellmunt y participará en “Crónica Sentimental en
Rojo” de Rovira Beleta. La música pasará a segundo plano y
prácticamente se perderá la pista de Lorenzo; realizará
alguna serie de televisión y se pondrá a las órdenes del gran José
Luis García Berlanga en “Barrios Altos”. Al rebufo del revival,
Lorenzo Santamaría regresará en los 90 a la actividad musical,
formando parte de paquetes de artistas denominados Mágicos 60 y
también efectuará algunas
grabaciones en solitario destinadas a los circuitos nostálgicos en
las que dará rienda suelta a la pasión por su amor de siempre: el
rock and roll. Además, se dio el gustazo
en 1992 de reunir a su vieja banda, Los Z-66, para un concierto con
el Auditorium de Palma de Mallorca a reventar.
Creo que es Hernani de Masiel bueno eso decían !!
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