Ciertamente, también los aficionados al ajedrez se pueden sentir identificados, por un lado por los saltos de caballo en direcciones imprevistas y, sobre todo, por algunos inopinados enroques de resultados aún por ver.
Viene todo esto a cuento porque, por un lado, el Banco Sabadell está creciendo poquito a poco en tamaño con la adquisición de parte de la red del actual banco BMN (Banco Mare Nostrum, como se sabe, fruto de la unión de las cajas de Granada, Murcia, Penedès y Sa Nostra), tras adjudicarse la CAM hace unos meses; Movimientos como este, normales por otra parte, comportan el disparo de rumores acerca del cambio de volúmenes de ayudas para los bancos nacionalizados, pero también para los grupos que están "en la cola", como el citado BMN dando por hecho que a mayores ayudas corresponderá necesidad de mayores ajustes de balance, con el coste social que eso representa, si es que se mantiene el criterio de sanear a la entidad ayudada para que resulte atractiva y sea comprada por otra solvente que permita el inicio de la recuperación de las ayudas recibidas.
Dicho sea de paso, este enfoque representa que los bancos adquiridos tienen todos los números para tener que volver a los orígenes del negocio (y ojalá fuera así por extensión, para todos, adquiridos y adquirientes en cuanto a la auténtica filosofía del negocio bancario), es decir, centrando su actividad en la banca minorista, de particulares y pequeñas empresas y desviando la relación corporativa y/o institucional a la entidad "fuerte" compradora.
Aunque sea llover sobre mojado, tampoco puede prescindirse de analizar el momento en que todo esto pasa: según el Informe de Estabilidad Financiera del Banco de España, las entidades españolas han pasado de unos beneficios de casi 8.000 millones de euros el primer semestre de 2011 (¿de verdad "necesitaban ayudas"?) a unas pèrdidas de más de 3.000 en el mismo período del año en curso, lo que representó un descenso de la rentabilidad de los fondos propios desde el 7,4% de junio de 2011 al - 3% en junio del presente.
Para acabar, dos apuntes más: la confusión en la transformación de las antiguas cajas en Fundaciones, desde la falta de consenso interno en Catalunya Caixa a la creación, tutelada por el Gobierno Autonómico, de lo que será Fundación de Caja Madrid, pasando por otras situaciones curiosas, y lo que se dice de la SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, S.A., más conocida como "banco malo" simplemente) en esta carrera contra reloj para darle forma a su accionariado antes del inminente 25 de noviembre, sabiendo ya las reticencias de alguno de los grandes en participar, y las dudas operativas planteadas en torno a dilucidar cómo se llevará a cabo la desinversión de los activos y si éstos se integrarán en inmuebles o créditos. Si es el primer caso, al parecer, se venderán o alquilarán los inmuebles adjudicados; las promociones en curso se venderán o se acabará su desarrollo cuando el proyecto sea sólido y, si no lo fuera, se considerará su demolición.
De una forma u otra, la idea inicial es la de que el "banco malo", sí, nazca con pérdidas pero que pueda tener beneficios (cifrados ya en unos 200 millones de euros) en el año 2015.
Habrá que estar atento al desarrollo de la jugada y denunciando si alguien propone cambios drásticos en el tablero a medio juego.
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