Hoy, sin embargo, no hay paralelismos y sí una profunda reflexión en torno a la forma de enfocar los problemas de convivencia cotidianos por quienes dicen "defender los intereses de todos los españoles".
Hoy se ha producido un nuevo suicidio (no el primero, como han afirmado diferentes medios de comunicación) provocado por la inminencia de un desahucio, y eso ha originado una reunión de urgencia del gobierno para analizar qué se puede hacer para evitar casos como éste. Que la reunión haya acabado sin ninguna conclusión, ya ni siquiera es noticia, acostumbrados como estamos al oscurantismo, las tergiversaciones, las medias verdades y la forma de proceder en general del Ejecutivo. Pero es una muestra clamorosa (una más) de su ineptitud, su falta de sensibilidad y su desconocimiento de la realidad. Porque, déjenme que les pregunte, señorías: ¿tienen ustedes ni la mas remota idea de lo que significa un desahucio? ¿saben el futuro que, desgraciadamente, le espera a quien se queda sin trabajo, sobre todo si tiene determinada edad? ¿saben quizá lo que es NO TENER para comer?
Si no lo saben, dimitan, porque desconocen la realidad que, dicho sea de paso, ustedes no contribuyen a mejorar, como es su obligación, mediante la adopción de medidas que permitan salir del marasmo a la máxima cantidad posible de ciudadanos. Y si lo saben, sencillamente no tienen vergüenza, porque no hacen NADA, salvo proteger sus privilegios y esperar tranquilamente las próximas elecciones en las que prometerán, como siempre, "atender los problemas de todos los españoles".
En este blog venimos abogando repetidamente sobre la necesidad de revisar las leyes, algunas leyes, y a la vista está que eso es imprescindible. El problema serio es que ustedes no saben identificar los tiempos de un problema, particularmente si no se ajustan a los tiempos calmados del sanedrín. Y no, señorías: cuando un problema es urgente y dramático, es urgente y dramático y no valen componendas de "tomamos nota, para ser tratado en la próxima legislatura". Eso es, sencillamente, ser inepto... o ser un simple seguidor de las órdenes de partido, sin voluntad propia.
Concisión de El Roto |
Sin pretender establecer paralelismos vanos, un dirigente histórico socialista dijo recientemente en la tribuna del Congreso que lo que ha de hacer un político es "recoger las demandas del pueblo y darles forma" a los tiempos irreales de sus señorías, ¿no? porque si no, ocurre como está ocurriendo ahora con las desavenencias entre Catalunya y Estado Central, que el líder de un partido ha recogido el sentir de un pueblo y, en lugar de esperar y darle entrada como asunto a debatir en la próxima legislatura, ha hecho lo que aquel socialista decía que había que hacer y ha causado un cortocircuito general que nadie entiende. Pero ese no es el motivo de esta reflexión, ni lo pretende.
Volvemos al tema central: es urgente que los políticos hagan algo, y si lo más inteligente que se les ocurre es dimitir, pues que dimitan. Al menos serán útiles ante la lacra actual.
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