Hoy toca con la música un ejercicio de memoria personal: las inacabables e inabarcables
carencias materiales suplidas con el amor de la familia en la lejana
infancia, el lavadero al
descubierto (“la pila”) en
el patio adosada una pared con su agua siempre
fría, helada enn invierno, y una voz cantarina (que
dejó de oírse así por
los golpes de la vida y por cosas de la salud)
que hacía “olvidar las penas” canturreando el coro de las
espigadoras, intermedio
de la zarzuela La rosa del
azafrán; un
recuerdo excelente en todos los
sentidos, y tierno, muy tierno.
El nombre de la zarzuela se debe a la flor del azafrán, una planta
con raíz bulbosa, de flores moradas y estigmas rojos que se usa para
condimentar y para teñir de amarillo, y
que también posee algunas
propiedades medicinales. Se hace referencia en el libreto a que el
amor es tan frágil como esta flor peregrina otoñal, «que
brota al salir el sol y muere al caer la tarde».La
rosa del azafrán se
estrenó en mayo de 1930, prácticamente
sin aparatos de radio domésticos (era
casi un milagro que se conociera la música),
estructurada en dos actos, adaptación libre de la obra teatral El
perro del hortelano de Lope
de Vega y alude
al amor entre dos personajes de diferentes clases sociales, un tema
clásico dentro de este género musical: por una parte se encuentra
la rica hacendada Sagrario y por otro el humilde labrador Juan Pedro.
Hablemos de música. “Las
Espigadoras” es una
cántico fácil y de letra pegadiza que recuerda a muchas mujeres el
trabajo que tuvieron en el campo, recogiendo las espigas que quedaban
en el campo tras cosecharse. Hemos
dicho que la obra era en dos actos, luego equiparable al género
chico, que incluye varios tipos
diferenciados sin que exista una clasificación exclusiva ni límites
específicos y en el que las
excepciones son la regla y dependen de la imaginación de los
autores. El género chico es un género español de arte escénico y
lírico, subgénero de la zarzuela de formato breve típicamente en
un acto y, ocasionalmente, en
dos, contrapuesto al género
grande que corresponde a obras de mayor duración. (el
modelo más común y rico por su diversidad en el género chico es
tal vez el del sainete lírico, yaunque
se cosechen otros géneros también, las obras más importantes
siguen este modelo).
Las
tramas suelen ser
de tipo amoroso e incluyen
elementos dramáticos con posibilidad de un final trágico aunque
también existe la zarzuela cómica (pueblerina, en
época actual, o histórica en
época remota), melodramática o dramática. Un autor muy importante
(no de La
rosa del azafrán)
es Ruperto Chapí, que se pasa la vida dudando entre su pretensión
de crear una ópera española, y sus composiciones de modesto género
chico. Y mientras
la crítica se ceba con el género, éste
recoge un gran éxito de público y es acogido por algunos teatros
hasta que sus creadores acaban recalando en salas de cierta
consideración aunque, además
de en los teatros, el género chico se representaba en pequeños
cafés, y durante el verano en escenarios más modestos como las
populares corralas. La música tiene un carácter familiar al oído,
popular y de folclore, lo que se consigue tomando melodías populares
o de moda en el momento, y cambiándoles el texto; las
tonadillas buscan quedar en la memoria del espectador al salir de la
obra. Además se buscan ritmos muy marcados y populares en los
salones de baile, generalmente importados pero «nacionalizados»,
como podrían ser el chotis, palabra que viene del alemán
schottisch. (Madrid
es la ciudad de referencia en que se ambientan la mayoría de las
obras: el
fresco, el anarquista pintoresco que evita hacer menciones
provocadoras, el gandul, el perdonavidas, el aprovechado, la coqueta,
el viejo sentencioso,... No se suelen incluir personajes instruidos,
sino que la sabiduría es más de carácter popular).
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